Capitulo 11.

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                                                    Perfecta para mi.

Maldad. Mikaela tenía mucha maldad en su sangre y eso me gustaba bastante.

Había defendido a mi hija diciendo que era suya y aun no podía asimilarlo. No me malinterpreten, no creo que sea malo, la idea me gusta mucho, aunque primero debería de hablarlo con Mikaela antes de ilusionarme.

Su manera de defenderse a ella y a Destiny, la maldad, sus ofensas por defensa propia, el picnic, su risa… todo. Era un día inolvidable.

Iba sumido en mis pensamientos mientras admiraba a Mikaela y a Destiny caminar de la mano ya un poco alejados del parque. Se veían hermosas. Iban vestidas parecidos y daba una imagen muy familiar.

Cualquiera que pasara por nuestro lado creería que somos una familia. Y eso en mi mente sonaba exquisito.

La miraba desde atrás. Ella era bella, su cabello no tan largo, un centímetro por debajo de los hombros pero era lacio y de un color negro carbón. No podía asegurar si era natural o teñido, el punto es que le veía bien. No era bajita, era alta pero no mas que yo. Yo le podía estar llevando al menos diez centímetros.

Su manera de vestir, ella era sumamente elegante a la hora de vestir, vestidos casuales o elegantes combinados con ciertas pedrerías y se veía refinada y fina.

No los veía pero sabía que sus ojos era de un marrón claro. Eran de un chocolate con leche a simple vista, pero con la luz brillaban y te segaban por completo, se volvían de un color entre verde y café. Claros.

Combinaban a la perfección con la forma de su rostro. No era ni redonda ni alargada, su barbilla terminaba en punta y dejaba a la vista un rostro un tanto extenso y tenía unas mejillas grandes que daban la impresión de redondez. Siempre de un rosado pálido que contrarrestaban con su piel morena. No era ni muy morena, pero en definitiva no era blanca europea, podría decirse que era más una indoamericana, como los estadounidenses.

Unas piernas largas y regordetas en los muslos, delgadas bajando por sus rodillas. Era lo que te decía que tenía un trasero apetitoso. No, le faltaría el respeto nunca, pero eso no se le va ni por el rabillo del ojo al hombre. Inclusive las mujeres le miran el trasero sintiéndose envidiadas de no tenerlo como ella o sintiéndose en satisfacción viendo que lo tienen mucho mayor. Podrán tener el trasero más grande que ella pero no el corazón tan grande como ella.

Sus cejas eran… pobladas. Abundante cabello poseía en una ceja pero no eran unas cejas muy gruesas, solo de abundante pelo.

Sus labios eran otra cosa que la hacía perfecta para mí. Su labio superior era fino, pero su labios inferior era carnoso. Ambos rosados natural, un rosado pálido que daba la impresión de pureza. Moriría si llegara a besarlos con tanta delicadeza.

Eso hacia perfecta a Mikaela. Perfecta para mi.

Un pequeño adelanto del proximo capitulo, porque han sido leales lectoras:

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-¿Aqui vives? -Pregunto algo sorpendida- ¡Cielos Harry! ¿como puedes vivir en estas condiciones? -Dijo mas asqueda que sorprendida. Tomo a Destiny y salio del apartamento-

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Asi que ya sabran como se llama: ~No puedo aceptarlo~

Espero mas comentarios pliss, hasta el sabado, Jaleitas mocosas!!!

Papá Viudo |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora