Capitulo 18.

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Destiny me preguntaba constantemente por Mikaela y eso me incomodaba porque realmente no sabía que responderle. Solo le respondía con un simple “no se”, aunque era la verdad, no sabía.

Me daba pena dejarla sin respuesta pero no tenía una concreta para ella.

El timbre me distrajo de mis pensamientos y me hizo levantarme del escritorio donde veía en un artículo varias solicitudes de trabajo.

Destiny corrió frente a mí con la prosa de abrí la puerta, reí un poco viendo como intentaba alcanzar el pomo de la puerta.

— ¿Es Mikaela, Papi? –Me pregunto la niña dejándome anonadado por su entusiasmo. –

Me sentía pésimo al saber que ella la extrañaba y yo no podía hacer nada. Era orgulloso y no llamaría a Mikaela a disculparme. Me di cuenta que la culpa la tenia ella, no yo. Pero por otra parte, me sentía mal al no disculparme con ella porque más que para hacer las paces era para que mi hija no perdiera a esa amiga, confidente y una sensación de madre que sentía cada vez que la veía.

Inquietamente ella salto una y otra vez para tomar el pomo. Ella quería hacerlo así que no le quite las esperanzar y la alce para que girara el pomo abriendo la puerta.

Por un diminuto momento creí que ella estaría en la puerta. Que ella llegaría para arreglarlo todo y solucionaríamos lo anterior dicho. Si nos dispusiéramos a perdonarnos, yo estaría dispuesto a olvidar todo lo que ella dijo.

Pero al dejar ver aquella silueta posada en el umbral me decepcione de ver a un hombre vestido de repartidos de correos. Suspire algo decepcionado y tome el paquete que se posaba en sus manos.

—Es para Harry Styles, departe de Mikaela Fly. –Asentí ante las palabras del repartidor. Este me mostro un papel y un lapicero. Lo puse sobre la caja y firme donde debía. Este tomo el papel. Dios media vuelta y se fue hacia el ascensor.

— ¿Qué es eso papa? –Pregunto curiosa la niña viendo el paquete. —

—No lo sé Destiny. –Respondí fastidiado. Siempre hacia lo mismo. ¿Cómo iba a saber yo que era si no lo había abierto aun?

—Ábrelo, .dijo impaciente. –Hazlo, hazlo… —Repitió una y otra vez. –Es de Mikaela.

— ¿Y qué? –Le grite ya molesto. La niña dejo de saltar y me miro anonadada. Tenía indicios de comenzar a llorar y me arrepentí mentalmente por ello. Destiny salió corriendo a su habitación. Deje el paquete en la encimera y fui tras ella para disculparme. Había metido la pata nuevamente. Esta vez con mi hija.

Papá Viudo |HS|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora