║Extra║

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El sitio al que llegó el psicópata era en apariencia, una área vacía, ataviada de una oscuridad no del todo perpetua, contrastada por tonalidades azuladas, índigo, cobalto, violeta, púrpura. El aire era ligero, en ese enorme lugar que parecía no tener final visible, era fácil distinguir un olor similar al de una playa tranquila, e incluso parecía escucharse un suave oleaje, aunque ni rastro de agua. Pronto, el psicópata pudo vislumbrar una superficie para apoyar las suelas de sus zapatos, superficie que parecía hecha de un trozo de universo. Sí, no había nada más...salvo por una incontable cantidad de trozos similares a cristales, las cuales reflejaban los colores del espectral lugar como si fueran gemas de piedra luna. El portal a sus espaldas se selló, nublando la luz que se colaba desde el exterior, y a pesar de ello no quedó en total oscuridad, sino al contrario, el despliegue de destellos y la combinación de fríos colores, montaba un espectáculo visual que seguramente no encontraría en otro lugar...salvo quizás en Eve.

La figura del sujeto que se hallaba frente a él, era imponente, como si en ese sitio no hubiera nadie más con derecho a tal potestad; la imagen misma del ideal original, el inicio y el final de todo. Sus iris se tornaron de un magenta eléctrico.

Add sentía como se le hacía un nudo en la garganta, el extraño lo sacó de su mundo, eso lo sabía, no había que ser un genio para reconocer algo tan lógico. Sintió escalofríos, en su ser miles de emociones se acoplaban con torpeza intentando asimilar aquella extraña escena. Pocas veces había estado tan asombrado.

¿Podría ser, que todavía estuviera dormido? Si, podía ser que su cerebro estuviera maquinando una alucinación muy bizarra, intentó recurrir a la práctica más vieja de la humanidad solo aplicable a sueños malvados, pellizcarse. Más cuando lo intentó, el contrario habló.

-Kehehehe, no estas soñando, tonto. Esto es real, créelo- El otro chico parecía fascinado; a primera vista alguien podría hallarlo sombrío y ciertamente lo era, pero cuando Add lo miró mejor, notó que en sus ojos había algo de nostalgia.

-¿Quién eres?- preguntó el psicópata nuevamente.

-Soy la manifestación de tu ideal vuelto realidad. Deberías agradecerle a tu curiosidad, porque gracias a ella, has llegado hasta aquí-

El Add de cabello corto lo meditó mientras sus ojos reflejaban un asombro portentoso.

-Has recobrado tus divagaciones- prosiguió el otro –soy el máximo representante de lo que ha podido lograr la curiosidad en un ser vivo-

La meta original, lograr el viaje al pasado. El diseño de la vestimenta del Add extraño, aerodinámica y ligera, un par de rediseñados Dínamos, alguien veloz y preciso...pero esas marcadas ojeras, era como si le hubiera vendido su alma al diablo. No supo que decir, era impensable el hecho de que, el mismo, en algún otro punto del tiempo y el espacio, hubiera logrado aquello, aferrándose a aquel doloroso ideal hasta el final para obtener ¿Qué?

Intentó acomodar sus pensamientos que fluían sin control dentro de su cabeza.

-¿Cómo fue que lo lograste?- interrogó el psicópata. El contrario señalo su pecho, a ese relieve púrpura que emergía del centro de su caja torácica.

-Durante mucho tiempo, creíste que el núcleo central de Eve, escondía la clave para regresar al pasado. De haberlo obtenido, habrías encontrado un montón de información preciada sobre los Nasods de su estirpe, los de segunda generación, pero fuera de eso, nada que realmente pudiera haberte servido. Nuestro primer error, fue ese-

Add lo asimiló, su errónea contemplación, resultó ser solo una conjetura que no lo llevaría a ningún lado, desde el comienzo de su aventura sabía que hasta cierto punto, aquel código no aportaría nada, y que además, sólo era una excusa para estar cerca de alguien. De haber continuado con su obstinado camino, habría obtenido una decepción enorme, y seguramente, él habría causado la muerte de Eve. Pensar en ello le ponía la carne de gallina.

♂ Contrato de Almas ♀Where stories live. Discover now