El equipo más fuerte II: Azul y Rojo

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El interior del recinto crujía furiosamente con cada envestida que el dragón le ofrecía; el golpe se expandía con furia, intentando diezmar a los buscadores del Eldrit. La Segunda Fase de la prueba de Perkisas había comenzado ahí mismo, en lo alto del muro, en una plataforma que se extendía hasta donde terminaba la vista, tan profunda como el resto del nido y más arriba, el cielo mostrando el clima descomponiéndose nuevamente. Ya a la mitad de la segunda prueba, los chicos se veían notablemente más agotados que al comienzo, habían gastado bastante energía ocupando ataques importantes, la evaluación consistía en soportar lo más posible, conteniendo a la bestia sedienta de sangre. La buena noticia era que con tantos ojos atentos a todas partes, era más fácil hallar cosas útiles entre los escombros, como pociones y orbes mágicos que disminuían los daños.

-¡Prepárense!- exclamó Aisha -¡Aquí viene otra vez!-

El escamoso ser se alistaba para echarles una nueva bocanada de fuego.

-¡Ciel!- llamó Luciela a su fiel guardián, preparándolo para el ataque a dúo otra vez. Algo no iba bien, se percataba de ello, pues mientras el tremendo poder dentro de ella crecía, la salud de Ciel se iba mermando, y se notaba por su desempeño físico, como poco a poco comenzaba a disminuir más rápidamente en comparación al de los demás. Lu salió desde su escondite para prestar cobertura y la diferencia de poder y agilidad entre él y ella era abrumadora.

¿Cuándo fue que comenzó a deteriorarse tanto? Hacia tan solo un par de días que era el de siempre.

-¿Te encuentras bien?-

Ciel no sabía muy bien como describir su deterioro, era evidente que sus ojos se hacían huecos, y a pesar de eso, seguía mirando a Lu como si fuera lo más precioso que tuviera en el mundo. Él había sufrido mucho, su vida se había convertido en un infierno siendo tan solo un chico, vagando entre pilas de cadáveres, siempre mancándose las manos para sobrevivir y saldar sus deudas.

Los recuerdos de Luciela atormentaban a Ciel durante las noches, y los recuerdos de Ciel la agobiaban durante sus sueños; en un sitio en el que poco o nada se puede hacer para defenderse.

-Esto no está sirviendo- exclamó Lu tratando de centrarse en el enemigo que tenían de frente –Mi poder debía bastar para llenarnos a ambos, no para lograr justamente lo contrario-

¿Había algo en su contrato que no estuviera funcionando? Es decir, sus corazones estaban prácticamente fusionados ¿qué más podía faltarles?

Su compañero había resistido muy bien a la influencia del poder de Lu en un inicio, tenía un cuerpo muy fuerte, eso era evidente. Pero no importa que tan fuerte sea una persona, siempre tendrá un punto de quiebre.

-¡Abyss Strike!- y la enorme garra metálica de la princesa diabólica fue a parar a las fauces de Perkisas.

-¿Cómo van?- Elsword repetía la pregunta periódicamente.

-¡Calla y concéntrate en la defensa!- le gritó Rena a todo pulmón –esta cosa no tendrá piedad con nosotros...-

El segundo ensayo venía a ser el complemento del primero, otro tanteo de resistencia para el grupo. Aun y con todas las molestias, el dragón se guardaba lo mejor para el final, para aquellos osados que resistieran lo suficiente.

Perkisas rugió y embistió contra el gremio de nueva cuenta.

-¡Chicos, una vez más!- pidió Elesis, apuntando el filo de su espada a las fauces del demonio escarlata.

♂ Contrato de Almas ♀Where stories live. Discover now