Tu, yo. El ring. Ahora.

Start from the beginning
                                    

Lo fulmine con la mirada, indignada.

—Puedes morirte aquí mismo si quieres—opiné con voz fría.

Abrió la boca, buscando algo que decirme y la cerró rápidamente.

—Nos veremos otra vez Rosewood—y se fue indignado; mientras echaba chispas por los ojos.

—Mira como te ha dejado—le di un beso en el ojo—. ¿Puedes levantarte?

Asintió.

—Vamos a la enfermería— tomé su mano.

Por suerte, todos los demás alumnos estaban en clase. Los viernes solo los de secundaria salíamos temprano.

—Dios mío Finn ¿qué te pasó?—preguntó intrigada la enfermera.

Solo hizo una mueca.

—Larga historia—respondí.

Holly nos tendió dos bolsas con hielo, una para su ojo amoratado y una para mi mejilla.

—Jenna cariño ¿podrías agarra un algodón y limpiar su nariz por favor? Vuelvo en cinco minutos.

—Por supuesto—abrí el pequeño cajón de la mesita de caoba que se encontraba al lado del estante y saqué un algodón con alcohol.

— No va a doler ver...—sin previo aviso, puse el algodón sobre su nariz—. ¡Auch!—gimió de dolor.

—Vamos, se hombre y aguanta. Nadie te mandó a pelear; lo tienes bien merecido. 

Puso los ojos en blanco.

—Que amor.

—¿Soy un terrón de azúcar verdad?—ironicé.

—Y que lo digas—sonrió—. Ya no me agrada Logan—frunció el seño—. Te prohibo salir con él —bromeó.

Solté una carcajada.

—Al fin usas tu cerebro—me burlé—. Creo que el tinte rubio te quemó las neuronas.

—¡Soy rubio natural!—se hizo el ofendido.

—Imagina que te creo.

Me acosté a su lado y besé su ojo, otra vez.

—¿Y que harás hoy en la tarde?—inquirió curioso.

—Iré al boxeo—sonreí—. Tendré que aguantar los sermones de Tresh por haber faltado.

Y vaya que tendría muchos, no iba exactamente desde hace dos semanas. Todo el tema de Logan me tenía muy distraída, pero hoy me olvidaría de todo con el saco.

—Entonces ¿queda para otro día la tarde de cine con Liz y conmigo?—hizo un puchero.

—Seguro que si—besé su nariz—. Nos vemos el lunes—me despedí con la mano.

***

Estaba preparada para ir al gimnasio a practicar. Tenía puesto una licra de color negro con una camisa sin mangas del mismo color ajustada al cuerpo, y mis zapatos Nike azul oscuro. Llevaba en mi bolso Adidas un termo con agua, los guantes, los protectores, mi cambio de ropa y una toalla. Lista.

Me estaba preparando mentalmente para oír la potente voz de Tresh al verme después de dos largas semanas. De ésta no iba a salvarme, y lo peor es que el gimnasio quedaba a cuatro cuadras de mi residencia. Ups.

—Al fin te dignas a aparecer por aquí—espetó divertido.

—¡Carajo!

Caí estruendosamente al suelo, a lo que el chico pelirrojo soltó una gran carcajada.

Dangerous Love [ HIATUS ]Where stories live. Discover now