A veces no hay peor enemigo, que tu propio corazón.

Capitulo 14.

Víctor P.O.V

Me quede pasmado, porque es una mujer muy hermosa. Aparenta menos edad de la que tiene y hay algo en su sonrisa que me recuerda a... ella.

-¿Señor Fernández? –me pregunta dulcemente ella.

-Sí, perdona. Soy yo, es un placer conocerte en persona –le digo extendiendo mi mano.

-Lo mismo digo –me dice ella cogiendo mi mano y estrechándola.

Una corriente eléctrica hace que suelte su mano.

Nos sentamos en la mesa, y ordenamos algo para cenar.

La verdad es que Patricia es una mujer encantadora, no solo por su físico sino por su carácter.

Después de pasar la cena hablando de negocios, y conseguir un acuerdo entre ambos, cada uno se va a su habitación.

Estoy aquí sentado en la cama de este hotel y no dejo de sentir ese cosquilleo que desapareció hace años.

Patricia P.O.V

Tumbada en la cama del hotel pienso en el intenso día de hoy.

Al conocer al Señor Fernández, nunca me espere que fuera alguien tan apuesto.

Cuando lo vi me quede sin aire. Hacía mucho tiempo, demasiado, que esto no me pasaba.

Alejo esos pensamientos de mi mente, no debo ni puedo volver a pensar así. Solo son negocios, y así seguirán siendo.

Alicia P.O.V

No sabía que contestarle a Marcelo.

Admito que me gusta, pero no sé si es amor lo que siento por él.

Tengo que ser sincera con él, y eso es lo que voy a hacer. El pobre de Marcelo sigue de pie mirándome intensamente mientras espera mi respuesta.

Cojo aire y le miro.

-Marcelo, me siento muy alagada con tus palabras, pero hay algo que quiero que sepas, me gustas, me gustas mucho pero no sé si me puedo enamorar de ti. La verdad es que tengo miedo de que esto que siento por ti, sea algo más profundo.

-¿A que le temes? –me pregunta el.

-A enamorarme de ti y que me falles –le digo en un susurro.

-Oh Alicia –susurra él.

Marcelo se acerca más a mí, toma mis mejillas entre sus manos.

-No te puedo prometer que no te fallare porque soy un ser humano, y ambos sabemos que no soy perfecto, pero lo que si te puedo prometer es que te voy a amar con todo mi corazón y que cuando te falle no lo hare a propósito, porque mi amor por ti, no me dejara hacerlo.

Hay tantos sentimientos en sus palabras, que me provocan una seguridad que no sabía que tenía.

Él va acariciando con sus pulgares mis mejillas.

-¿Quieres ser mi novia? –me pregunta dulcemente él.

Me acerco más a él.

-Está bien, pero si me fallas pateare tu trasero –le digo con nerviosismo.

Él se ríe.

-No esperaba menos de ti –me dice antes de rosar sutilmente nuestros labios.

Emily P.O.V

Estoy en la terraza de un restaurante con Evan.

Él está de pie mirando el paisaje mientras que yo estoy sentada en un sofá blanco que tienen.

Evan se gira hacia mí.

-Yo sé que no va a hacer fácil sacar adelante nuestra relación pero yo voy a luchar hasta el final –me dice acercándose a mí.

-Pues ya somos dos –le digo sonriendo.

Evan camina hacia el sofá donde toma asiento.

-¿Te importa mucho lo que piense Víctor? –me pregunta

-Pues no solo el, Evan. También está tu papa y yo no estoy nada tranquila porque ya nos lo vamos a echar encima. Y yo sé que nos va a hacer la vida de cuadritos.

El coge un mecho de mi pelo y me lo coloca detrás de la oreja.

-Ya lo sé, pero si es necesario yo voy a dejar de vivir con él.

-Lo sé, cariño –le digo dándole un beso en la mejilla.

-Oye dime una cosa –me dice

-¿Qué fue? –le pregunto dudosa.

-Ese tipo el que vi el otro día, ¿Quién es? –me pregunta ansioso.

Yo tomo aire.

-Se llama Alec y es el ahijado de Víctor. Lo conozco desde que era pequeña –le explico

-¿Y te gusta? –me pregunta dudoso

-¿Qué? –le digo pasmada -Claro que no. Me gustas tú –le digo con una sonrisa mientras que le beso la mejilla.

-Está bien, ¿Cuánto tiempo se va a quedar en tu casa? –me pregunta ansioso.

-¿Por qué me preguntas eso? –le digo confundía

-Es que no me gusta que vivas bajo su mismo techo. Ese tipo siente algo por ti –me dice directo.

-Evan, no digas tonterías. Además, Alec se ira pronto del pueblo –le aclaro

-Pues ojala que no tarde mucho, porque sino, no me va a quedar de otra –me dice pensando

-¿No te va a dejar de otra? ¿A qué te refieres?–le pregunto confundida

-Pues que sino se va, voy a tener que secuéstrate para tenerte solo para mí –me dice el

En un momento Evan me tira debajo de él, y sujeta mis brazos por encima de mi cabeza.

-Vas a tener que darme muchos veces, para recompensarme después de todo –me die con tono ronco.

Nuestras frentes están pegadas, y nuestros ojos se miran directos.

-¿Así? ¿Y cuántos? –le susurro con voz ronca también.

-Mil -me dice pegando nuestros labios. Se separa de mí. –Un millón –vuelve a juntar nuestros labios.

-Los que puedas –me dice separándose de mí.

Yo hago un puchero.

-¡Así no vale!

-¿No? –me pregunta travieso

-No.

Cojo la cara de Evan con mis manos que fueron liberadas.

-Te amo –le susurro antes de unir apasionadamente nuestras bocas.