1. ¿A salvo?

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LOS ÁNGELES

JULIO, 2014.

Estaban siguiéndome. Había cambiado de dirección las veces suficientes para darme cuenta de ello. Si giraba en una esquina, los dos sujetos volvían a aparecer a unos cuatro metros de distancia. Aceleré el paso, empezaba a pensar que después de todo, haber huido de mi casa era una de las peores decisiones que había tomado. No habían sido unos días fáciles, realmente dejé atrás todo lo que conocía. Estaba en otra ciudad, mi casa quedaba a miles de kilómetros de distancia. No podía dejar de preguntarme si mis padres ya habrían notado mi ausencia. Reí internamente, probablemente no. Una vez conté los días que pasaron sin que ninguno de los dos me dirigiera la palabra: seis días. Y cuando finalmente mi padre abrió la puerta de mi habitación fue solo para avisarme que tenía un "viaje de negocios", así era como solía llamar a sus escapes con sus numerosas amantes.

Por otro lado, mi madre ni siquiera era consciente de que estaba ignorando completamente a su única hija. Sus niveles de alcohol en el cuerpo se lo impedían. A veces me preguntaba como sería mi vida si mi madre no fuera alcohólica. Seguramente ya habría dejado a mi padre, le habría quitado la mitad de su fortuna y nos habríamos ido juntas a otra ciudad. Era doloroso pensar en las posibilidades. No recordaba como era la verdadera personalidad de mi madre, iba en la secundaria cuando ella decidió refugiarse en las botellas de whisky.

La cosa con mis padres es que ambos fueron títeres de mis abuelos, no era secreto que su matrimonio había sido arreglado para aumentar y asegurar la fortuna de ambas familias. En conclusión, yo era el producto de un matrimonio infeliz que solo se reunía para eventos sociales de gente rica y fotografías. Había intentado llamar su atención de tantas maneras y tantas veces que había perdido la cuenta, incluso si terminaba en el hospital mi padre mandaba a su asistente a pagar la cuenta del hospital y a llevarme de regreso a la solitaria casa con el fantasma de mi madre.

Había sido mala en la escuela a propósito, había chocado los autos de mi padre, había escondido todo el alcohol de mi madre, me había hecho un estúpido tatuaje a los diecisiete... lo había intentado todo, de verdad quería que sintieran algo por mí, odio, amor, lo que fuera menos indiferencia. Eso me mataba. No había duda de que era el bicho raro de mi escuela, estaba tan ocupada intentando llamar la atención de mis padres que nunca me preocupe por buscar amigos. Durante los recesos me quedaba en el salón de clases ideando mi siguiente movimiento. Las pocas personas que intentaban hablarme terminaban arrepintiéndose. Podía ser realmente grosera cuando me lo proponía. Podía lastimar a todos a excepción de dos personas...

Entonces pensé: "Si yo no les importo a ellos... ¿Por qué deberían ellos importarme a mí?" Así que en mi cumpleaños número 19 (del que ninguno de mis padres se acordó) hice lo que llevaba años planeando: empaqué mis cosas, tomé todo el dinero de la caja fuerte de mi padre - lo cual no me preocupaba, seguiría siendo rico – y me dirigí al aeropuerto para comprar el boleto del avión que saliera primero.

Lo que me trae de regreso al presente, ahora estaba en Los Ángeles en busca de un hotel en el cual pasar la noche mientras dos sujetos  me seguían. Estaban cada vez más cerca, uno era gordo y el otro era muy alto. Escuché risas cuando empecé a correr. Llevaba una mochila gigantesca que hacía que mis pasos no fueran tan rápidos. No podía simplemente dejarla tirada, estaba repleta de dinero. Si me quitaban la mochila, terminaría durmiendo en la calle y pidiendo limosna. Eso no cuadraba con mi plan, en realidad, ser asaltado nunca cuadra en el plan de nadie. Alargué mis pasos y corrí con más velocidad, había llegado muy lejos como para que dos idiotas arruinaran mi vida todavía más. Tal vez había terminado en el lado equivocado de Los Ángeles, se supone que era una ciudad glamorosa, vibrante, colorida y cálida, pero me encontraba en una calle con negocios abandonados,  lámparas parpadeando tenebrosamente y  frio que empezaba a colarse por mi delgada camiseta.

RUNAWAYSWhere stories live. Discover now