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Las horas pasaban de forma agónica para mí. Estaba sola en esa habitación a oscuras, acurrucada en una esquina y llorando. ¿Cómo había podido hacerme esto? Aunque en realidad yo fui la que pulsó el botón... Disfruté de los gritos de mi padre, de su dolor, de su sufrimiento.

Los ojos se me fueron cerrando poco a poco, estaba exhausta y necesitaba dormir. Pero mi cuerpo reaccionó como si aún llevara la camisa de fuerza y mis ojos se abrieron de golpe acompañados de un ligero temblor. Y de nuevo las alucinaciones: esos seres monstruosos que me perseguían cuando menos lo esperaba, moviéndose por el techo de forma silenciosa.
Escondí la cabeza entre las piernas mientras intentaba convencerme a mí misma de que todo era un sueño. Ojalá fuera así, pero sí que había un monstruo en mi vida y no eran los del techo. Era el Joker.

La habitación se fue iluminando poco a poco, estaba amaneciendo. Saqué del armario una camisa y unos pantalones cortos y me vestí.
La puerta se abrió y miré temerosa hacia ella. Suspiré aliviada al ver que era uno de los hombres de J. Se quedó un rato mirando la destrozada cama con una imperceptible sonrisa.

-Tú- lo llamé con fastidio- qué cuernos haces aquí.

Lanzó a mis pies una bolsa que contenía una cajita o algo parecido.

-De parte del jefe- añadió.

-No quiero nada de ese gilipollas- fruncí el ceño.

-No es opcional. Y no tardes en bajar, el desayuno ya está listo- dijo antes de irse.

Le dí una patada a la bolsa haciendo que ésta chocase contra la pared. Suspiré y la recogí del suelo para ver que contenía.

-Pastillas del día después- leí en la caja. No sabía si reír o llorar. Giré la caja y vi algo escrito a boli- No quiero sorpresas desagradables, J.

Al menos teníamos algo en común. Saqué una pastilla y entré al baño. Mi aspecto cada vez era peor, debía solucionarlo. Primero me tomé la pastilla y después me lavé la cara y peiné mi enredado pelo. Salí de ahí cabizbaja y cuando iba pasando por el pasillo vi una habitación en la que todo era negro. Tenía pinta de pertenecer a una chica gótica. Abrí el armario y sonreí fascinada. Comencé a probarme toda la ropa que había hasta que di con un look que me gustó: medias de rejilla, shorts negros muy cortos y ajustados, una camiseta negra de esas que no cubren el ombligo; tenía una calavera dibujada y algunos agujeros y unas converse altas que llegaban casi hasta las rodillas. En los cajones encontré maquillaje y algunos accesorios.
Me puse pulseras en ambas manos y un collar de pinchos. Puse maquillaje blanco en mi cara, pinté mis labios de rojo oscuro y los ojos de negro también. Al acabar me miré en un espejo de cuerpo entero.

-Menuda tía buena- dijo mi reflejo.

-Lo sé- sonreí y bajé a desayunar.

-Te dije que no tardaras- me dijo el mismo hombre de antes sirviéndome un plato de huevos y bacon- Vaya cambio de look.

-¿Y el payaso?- pregunté al no verlo.

-No está.

-Eso ya lo veo cerebro de mosquito. Quiero saber dónde está ese bastardo asesina padres.

-Así que se ha cargado a tu padre- comentó sentándose a desayunar también.

-No pareces sorprendido.

-Nada de lo que haga J me sorprende. Ni a mí ni a nadie. ¿Por qué lo mató?

-En realidad... me hizo matarlo a mí...- confesé a punto de llorar.

-No jodas- rió.

-No tiene ninguna gracia descerebrado- agarré el plato y lo estrellé contra la pared. Me levanté de golpe haciendo que la silla cayera al suelo- ¡Dónde demonios está J!

CRIMINAL LIFE [Joker] 💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora