Capítulo 6

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Los días que siguieron, transcurrieron con calma, Siraj y Kariima siguieron entrenando juntos, sin embargo no pudieron hacerlo completamente a solas ya que los ojos curiosos de sus parientes y sus maestros no pudieron evitar hacer de audiencia – es muy buena

– Sí, estoy muy orgulloso – el pecho de Kail se hincho de satisfacción

Todos los observaban pelear – cuídate la espalda Siraj, mi hermanita te puede ganar – indico Karim

– Vamos Kariima tu puedes – voseaba Nabil

– Nosotros la apoyamos princesa – exclamaron Latif y Sakir

Kail carraspeo enfadado y Hakim se burló de él por lo bajo, los cinco hermanos les dedicaron sus ya muy acostumbradas miradas de odio, al final Siraj gano la justa, todos aplaudieron y Nabil se acercó de inmediato a su princesa – eso estuvo muy bien excelencia

– Gracias

Siarj se molestó casi tanto como Kail ante la cercanía que el hijo de Ezra se atrevía a tener con Kariima y Kamil rápidamente la aparto: atrapándola en un afectuoso abrazo – venga hermanita, pelea conmigo

– ¿No crees que ya es suficiente?

– si padre lo siento

– ¿Te gusto? – pregunto llena de esperanza a su padre

– claro que si

– a este paso te vas a convertir en un serio problema para cualquiera jovencita – indico Hakim

– Gracias supongo

– deberías dejarla participar Kail

– ¡No! – contestaron todos los parientes y los no parientes de la joven princesa

– no lo necesito – contesto con sencillez y se marcho

– Hakim ¿Qué le vez? – pregunto Kail malhumorado

– Nada – levanto las manos teatralmente – es igual a su madre

Kail suspiro con resignación – lo se

Una tarde antes del primer día del torneo Siraj y Kariima conversaban en uno de los balcones más altos que el palacio de Alea podía ofrecerles – ¿Segura qué no nos van a encontrar aquí?

– A ninguno de mis hermanos les gusta este lugar porque según ellos es muy frio a esta hora del día y mis padres están ocupados con los tuyos así que no, no nos van a encontrar

Siraj estaba de acuerdo con los hermanos de Kariima el lugar era muy frio – ¿Por qué te gusta este lugar? – pregunto tratando de entenderla

Kariima suspiro con fuerza y se recargo en la barda – porque es hermoso, mira el atardecer, mira a mi pueblo, desde este lugar se pueden ver ambas cosas al mismo tiempo

Siraj miro y era cierto, con asombro y emoción declaro sin pensar muy bien que lo que decía era en voz alta – tienes la cualidad de ver la belleza que los demás no pueden ver

Ante tal alago Kariima no pudo hacer nada menos que sonrojarse, a ella le había agradado y bastante lo que había escuchado, al calor de la emoción y el encanto que les ofrecía el lugar: le dio su más sincero agradecimiento, su más brillante sonrisa y sin querer conectaron sus ojos llenos de pena y emoción, pues ninguno de los dos sabia con exactitud lo que estaban experimentando, ninguno entendía lo lejos que podían llegar si seguían de la misma forma, él estaba de cierta forma temeroso de que ella lograra darse cuenta de lo que él comenzaba a sentir y diera la media vuelta y se marchase, al menos después de tantos años de insultos era lo menos que merecía, se sentía terriblemente indigno de esos sentimientos, ella por su parte alejada de los pensamientos pesimistas de Siraj: sintió por primera vez latir su corazón, sintió todas esas emociones que no sabía que existían y que solo podían responder ante la presencia de Siraj; él por primera vez la encontraba diferente más hermosa que nunca, ella veía en él esa amabilidad que había escondido por años, hallaba en él a la criatura más sensible y con más fuerza al mismo tiempo.

LA ESCLAVA Y EL REY: AtadurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora