Me meto pues por entre el resquicio que hay en las rocas y doy cinco pasos de costado y apenas cabiendo cuando llego al fin al pasillo que es más amplio y el que me conducirá al recinto dentro de la cueva.

-Vaya entrada- Dice Raven con dolor y dificultad.
-Lo siento, no hay otra forma-.

Se queda boquiabierta. Sabiendo al instante, al ver los libros, pieles y pergaminos, que aquí solía venir Lexa.

-¿Cómo lo descubriste?- Camino a la chimenea y empiezo con la tarea de encenderla.
-Indra- Me mira perpleja –Indra se lo dijo a Octavia y ella me lo ha dicho a mí... creyeron que me haría mejor tener algo suyo cerca...-.
-¿Y?-.
-Y la verdad es que...- Suelto otro suspiro para mitigar la pesadez en mi pecho –Que no habrá nada que me haga mejor-.
-Creo que el tiempo, y sólo eso- No le contesto, no sé si eso sea real. No sé hasta dónde pueda ayudarme el maldito tiempo. Aprieto la mandíbula y me obligo a no llorar.
-¿Quieres hablar al respecto?-.
-No-.
-¿A alguien se lo has contado abiertamente? Digo, hay rumores...- Se acerca al fuego y se quita la abrazadera –¿Pero nunca lo has hablado con nadie?-.
-No es necesario-.
-Puedes hacerlo conmigo-.
-¿Por qué?- Se retrae y me quita los ojos de encima. No me contesta.
-Porque yo lo sabía, fui la única en darme cuenta de todo, desde el principio- Dice después de un par de minutos y yo trago saliva.

Me levanto y le acerco ropa seca, le quedará grande, Raven es más pequeña.

-Úsala-.
-No... no, es ropa de...-.
-Si no lo haces la dolencia será peor, créeme; necesitas estar seca y tibia-.
-Entonces ¿Hablaremos?- Se cambia frente a mí, no a propósito, claro. Se quita la playera y la extiende junto al fuego, luego se levanta con más dificultad y se quita el pantalón.
-No-.
-Bien, no voy a insistir, pero sabes que si algún día decides que sí quieres, entonces te escucharé; Sé cómo es eso-.
-Octavia también y Jasper-.
-Ok, ok, algunos sabemos cómo es eso; pero Octavia todavía está algo enojada y Jasper... es Jasper; y pues... yo lo vi, en la ciudad de la luz, vi...- No termina.

Supongo que se refería al beso, al 'te amo'. No sé.

-¿Qué haces cuando vienes aquí?- Hemos estado en silencio por tanto tiempo que me olvidé que estaba sentada junto a la chimenea.

Yo estoy en la cama y me giro para verla.

-Los primeros meses sólo lloraba, luego decidí leer, a veces hacer como que hablo con ella e imaginar que me contesta...- Miro el techo de la cueva –No tuve tiempo de llorarle propiamente, no al principio, con todo esto de encontrar a Luna, Ontari, Alie... había tanto por hacer que no tuve el tiempo de vivirlo como debía vivirlo. Y cuando por fin pude... cada día era peor al anterior. No sé describirlo, pero lo sabes, lo sentiste- Asiente.

Más tarde estamos las dos en cama, ella duerme plácidamente y yo no puedo conciliar el sueño. No después de despertarme y creer que era Lexa quien dormía a mi lado. La primera visión que tuve fue verla en sus ropas, con el cabello castaño sobre la almohada... me latió tan fuerte el corazón que sentí que me sofocaba, y luego, al enfocar bien, al entrar en la conciencia, descubrí que mi mente me había jugado una broma y era Raven quien estaba aquí.

Me giro de lado, alejándome de su cuerpo y apretando de nuevo la mandíbula.

Paso otro rato así, escuchándola respirar, deseando estar sola, deseando más bien, que esa respiración tranquila sea de Lexa.

Se vuelve insoportable su compañía, aún más insoportable esta ansia de que sea ella, que abrirá sus ojos verdes y me mirará como lo hizo después de habernos vestido y habernos despedido por el momento.

Se me humedecen los ojos.

Afuera la lluvia ha cesado y hace un fresco que eriza los vellos, me abrazo y me froto los brazos, la luna llena brilla con todo su esplendor por entre las copas de los árboles.

Realidades AlternasWhere stories live. Discover now