Después de unos cuarenta y cinco minutos dando vueltas por el campo y tras quedar a 3-2 ganando ellos, el profesor da el pitido final. Ellos celebran y los de mi equipo se ríen y se echan las culpas entre ellos de haber perdido. Carol y yo vamos a buscar el balón que lo han mandado a Honolulú los del equipo contrario al marcar el último gol. Las redes están un poco viejas y tienen unos agujeros como los cráteres de los volcanes. Lo sé, soy muy exagerada pero son enormes.

Así que mientras que Carol y yo buscamos el balón entre los matojos que hay, alguien silba. Las dos nos miramos rápidamente y buscamos de donde viene el silbido. Miro la reja que separa el recinto del insti con la calle y ahí está SJ. Capucha puesta, chaqueta negra y vaqueros oscuros. Ruedo los ojos y miro a Carol. Esta encuentra el balón y se va diciéndome que será mejor entregárselo al profesor, dejándome a solas con SJ.

Le miro mal y me hace un gesto con los dedos indicándome que me acerque. Niego y me cruzo de brazos en el sitio. Apoyo todo el peso en la cadera derecha y doy golpecitos en el suelo con el pie empezando a impacientarme. Él ríe y empieza a hablar.

-Veo que ya tienes novio –me mira y junta sus manos frotándolas.

-Ves bien, ahora si no te importa tengo que irme –me giro para irme pero me detiene llamándome –¿Qué quieres ahora SJ?

-Dime una cosa –se acerca más a la reja y apoya las manos enganchando los dedos en los huecos de esta –¿Besa tan bien como yo? ¿Hace que te pongas nerviosa como lo hago yo? Y la última –sonríe con malicia –¿Hace que te olvides de mí? Porque los dos sabemos que lo estás usando para lograr sacarme de tu cabeza.

Me quedo sin habla. Tiene razón en cierta parte. Estoy con Derian para sacármele de la cabeza. Pero no lo voy a aceptar delante de él, ni mucho menos.

-Oh vamos, tan egocéntrico como siempre. Que no eres el ombligo del mundo chico. Si, besa bien. Sí me pone nerviosa tanto o más que tú y sí, puedo olvidarme de ti cuando estoy con él –miento en todo lo que digo.

No puedo olvidarme de él y menos en dos días, literalmente. Me pongo nerviosa, sí, pero no me tiembla todo como cuando estoy con él. Y, dios, sus besos, no puede reemplazarlos nadie.

Me estoy engañando a mí misma y a ellos. Pero ya no puedo echarme para atrás. Así que lo mejor será seguir como hasta ahora.

-Cuando te lo creas, me llamas –dice soltando la reja que nos separa. Me fijo en sus nudillos y están rojos.

-¿Te has vuelto a pegar con alguien? –pregunto señalando con un movimiento de cabeza sus nudillos.

-No te importa –mete las manos en los bolsillos de la chaqueta –Corre y ve con tu "amado" –dice en tono de burla –No vaya a ser que le den otra paliza y no estés tu ahí para salvarle –se aleja y me da la espalda –Nos vemos por ahí Darlene.

Y antes de que le pueda contestar ha cruzado la carretera y se aleja a paso desenfadado y tranquilo.

Juro que le mataría. Odio que sea así de borde y asqueroso cada dos por tres. Me marea cada dos por tres y me confunde. Ya no sé qué pensar, qué hacer, qué decir, no sé nada. Estoy cansada de todo. Solo quiero poder estar fuera de todo unos días. Fuera de aquí, sin nadie. En un lugar en el que pueda pensar y aclarar todo. Pero esto cada vez se me hace más difícil.

Voy dentro y cojo mis cosas. Espero a Carol y le cuento todo mientras que vamos a la salida a esperar que Derian venga a por nosotras para llevarnos a casa.

-Pues, sinceramente, yo no sabría qué hacer en tu lugar DArlene –dice Carol dejando su mochila en el suelo.

-Yo tampoco sé qué hacer. Estoy confundida, cansada y ya no sé ni qué pensar. Necesito alejarme de todo por un tiempo. Necesito aclararme –suspiro y me pongo las manos en la cara –En estos momentos todo me supera.

El frío también quema.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن