- ¡Maldita sea! – rugió y se dejó caer de nuevo en la cama. 

Su cabeza trabaja a mil por hora. Él no quería irse, y mucho menos ahora que tenía amigos, amigos de verdad. Y que la tenía a ella. Y mucho menos ahora que él había hecho el amor con ella. Cerró sus ojos y trato de calmarse.

-Nunca más voy a dejarte Allison.

Las palabras que él le había dicho después de la muerte de Connie vinieron a su cabeza. 

¿Cómo pudo decirle una cosa así, sabiendo que no iba a poder cumplirla?

Allison caminó hasta la puerta de su casa, pues el timbre acababa de sonar. La abrió y pensó que su corazón se iba a salir de su lugar al verlo allí parado. 

- Hola – la saludó él.

- Hola – dijo media tonta – Pasa, pasa.

Niall asintió y entró. Miró a su alrededor para percatarse de que no había nadie que pudiera matarlo o algo por el estilo.

- Ronald no está – dijo tímida. 

Él sonrió nervioso y caminó hasta la cocina. Allison lo siguió. Se sentaron en las sillas y Allison le sirvió un vaso de licuado. 

Niall lo aceptó y comenzaron a tomar sin decir nada. El azulino clavó su vista en ella, mientras ella miraba fijamente la mesada. Se dio cuenta de que tenía los ojos llorosos. 

Había estado llorando.

- ¿Qué pasó? – le preguntó enseguida. Ella lo miró algo confundida.

- ¿Con que? – le dijo.

- Estuviste llorando, ¿Qué pasó?

Allison bajó su mirada de la suya y sonrió levemente. Volvió a mirarlo.

- Hoy... hoy me acorde de mi madre – habló por lo bajo. 

- ¿Qué recordaste? 

Ella lo miró fijo. No podía decirle que lloró porque se moría de ganas de contarle a su madre como había sido su primera vez. Y lo extraña que se sentía con todo lo que sentía hacia él. No podía contarle lo afligida que se sentía de no tener a su madre para pedirle un consejo. Para pedirle ayuda, para preguntarle como debía seguir, que debía hacer. No podía decirle que había llorado porque no lo había besado por la mañana antes de que se fuera. Simplemente no podía decirle eso. 

- Solo recordé cosas que ella me decía... nada importante – susurró.

- Pero lo menos lloraste, eso es bueno – dijo él.

- ¿Llorar es bueno? – preguntó extrañada.

Niall rió por lo bajo, mandando un escalofrió a través de ella. Le corrió la espalda completamente, erizando su piel. 

- No quería decírtelo, pero... después del entierro no volviste a llorar y eso... eso no es bueno. No es bueno guardarse las lágrimas – le dijo. 

Allison sintió como sus ojos se humedecían.

- ¿Si lloro ahora, esta bien? – preguntó. 

- Claro que si – dijo él y se puso de pie para acercarse a ella y abrazarla. 

Allison apoyó su cabeza sobre su pecho y dejó que las lágrimas salieran sin control de sus ojos. Pero al instante los cerró los ojos al aspirar aquel dulce aroma que había quedado en ella por la mañana. 

Niall la apretó con fuerza, y lo invadieron las ganas de besarla. Pero no, eso no era lo correcto, ellos eran amigos. 

Está bien, está bien. Habían hecho el amor, pero... era obvio que ella lo quería solo como a un amigo.

Con cuidado se alejó de ella y la miró a los ojos. Levantó su mano y secó sus lágrimas. Pero entonces algo fue más fuerte que él. 

Se encontró tomando su rostro con ambas manos. Relamió sus labios al mirar los de ella. Tenía que besarla, era algo que no podía evitar.

- ¡Hola! ¿Hay alguien? – ambos escucharon la voz de Katherine.

Niall se alejó rápidamente de ella y se sentó en la silla. Katty entró a la cocina y los miró bien. Allison secó bien su rostro antes de mirar a su mejor amiga. Le sonrió.

- Katty, ¿Cómo estas? – le preguntó.

- Un poco mal – dijo la rubia.

- ¿Por qué? – preguntó Niall poniéndose de pie – ¿Te sientes mal? ¿Es la bebe? ¡Oh dios, me voy a desesperar!

Amabas chicas estallaron en risas. Niall se había puesto repentinamente blanco. 

- No, no Niall. Tranquilo, no es la bebe – dijo divertida Katty

Harry entró detrás de Katherine. Lo miró bien.

- ¿Qué te pasó hermano? – le preguntó.

- Acaba de tener el susto de su vida – dijo Allison.

- Mejor dicho, la interrupción de su vida – dije Katty.

The first love always hurt ~Where stories live. Discover now