Te detesto

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Allison rió divertida mientras miraba como su amiga se terminaba sin parar un vaso de margarita. Katty la miró y comenzó a reír también. 

- Estamos ebrias – aseguró entre risas. 

- No, eso es mentira – 

- ¡A tequilear! – dijo la castaña levantando la voz. 

Allison volvió a reír y tomó el pequeño vaso que estaba frente a ella. Se miraron divertidas y lamieron la sal que tenían en sus manos, para luego tomar sin sentir el tequila, y luego chupar un trocito de limón. 

Allison cerró los ojos al sentir el alcohol pasar por su garganta. Ya había perdido la cuenta de cuantos de esos cositos se había tomando, en realidad ni siquiera sabía donde estaba parada. 

Rió divertida al ver la cara de Katty y se puso de pie para ir a bailar en medio de la pista. Hacía tanto que no salía y hacía tanto que no se ponía en ese estado.

Para hablar con la verdad, nunca se había puesto muy ebria. Siempre fue recatada. 

- ¡Esto es lo máximo! – aseguró Katty sin dejar de bailar. 

- Katty – le habló Allison sintiéndose repentinamente mal. 

Su castaña amiga dejó de bailar y la miró. 

- ¿Qué sucede? – le preguntó. 

- ¿Qué hora es?

- No tengo idea – contestó y siguió bailando. 

Allison giró sobre sus pies y se acercó al guardarropa. Tomó sus cosas y sin saber bien que estaba haciendo salió de allí. Caminó hasta su auto y se subió. Como pudo lo hizo andar y salió del estacionamiento de ese lugar. Tratando de mantener su vista en el camino y prendió la radio, quería un poco de música. 

-You took my hand, You showed me how, You promised me you'd be around, That's right. I took your words, And I believed, In everything You said to me, That's right.

Ella escuchó la canción en silencio. Pero no pudo evitar querer llorar. 

-If someone said three weeks from now You'd be long gone, I'd stand up and punch them up Cause they're all wrong, I know better. Cause you said forever And ever, Who knew?

Está vez cantó en voz baja, mientras las lágrimas acumuladas en sus ojos amenazaban con salir. Sin pensar pasó uno de los semáforos en rojo. 

-Remember when we were such fools And so convinced and just too cool. Oh no, No, no. I wish I could touch you again. I wish I could still call you friend. I'd give anything.

Está vez las lágrimas no se quedaron en sus ojos, salieron continuamente mientras entonaba aquella linda, pero a la vez áspera canción de Pink. No sabía porque se sentía así, pero si conocía la causa. 

Nialler.

Se bajó del auto cuando llegó a la puerta de su casa. Se tomó la cabeza con una mano y miró sus pies. Rió al ver que apenas podía estar parada. 

Giró la cabeza y vio la casa de su vecino. Estaba por meter las llaves en su puerta, pero las guardo en su bolsillo. Sin siquiera mirar a sus costados cruzó la calle y llegó. Estaba por tocar el timbre, pero a su alcoholizada conciencia llegó la información de que seguramente estaban durmiendo. 

Sonrió como una idiota y decidió llegar a él de otra forma. Miró a su izquierda y una escalera se encontraba cerca apoyada contra la casa. Volvió a sonreír y se acercó a ella para comenzar a subir. Por un segundo perdió el equilibrio, pero logro sujetarse.

The first love always hurt ~Where stories live. Discover now