Acendrado

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Se sentía bien.

Su cuerpo se sentía bien. Sentía el calor, cómo sus músculos descansaban, estaba confortado.

No quería despertar, quería seguir durmiendo y quería tener un sueño, uno largo y profundo pues tenía la intención de despertarse hasta tarde.

Pero entonces sintió como si algo lo hubiese aplastado.

Casi no podía respirar y poco a poco su cuerpo se entumecía, quería apartar con todas sus fuerzas aquello que perturbaba su descanso, pero a pesar de tratar con todas sus fuerzas no podía moverse.

Con trabajo, Lexi abrió los ojos y observó el techo, lentamente bajó la mirada y supo que había alguien encima de él, lo apretaba con mucha fuerza...

Hasta que, poco a poco el agarre fue cesando y entonces se encontraron cara a cara.

Brand y Lexi.

Mantuvieron sus miradas fijas el uno con el otro, los dos al borde de las lágrimas.

—No sabes... No puedes imaginarte la alegría que siento en este momento, Lexi.

Lexi rápidamente estrechó sus brazos alrededor de Brand. Las lágrimas comenzaron a deslizarse y crear un camino atravesando sus mejillas y aterrizando en el hombro de su hermano.

—Creí que nunca más te iba a volver a ver, creí que estaría sin tu compañía por siempre.

Lexi no quería dejar de abrazar a su hermano. Por primera vez en mucho tiempo.

Después de un largo abrazo ellos se separaron y Lexi le hizo espacio a su hermano para que se sentara junto a él.

Se encontraban en una habitación de estudio, donde había un sofá y una mesita con una silla y alrededor de la habitación estantes con libros del tema de ciencias del cuerpo humano.

Brand observaba a Lexi con una sonrisa enorme en él— Haz crecido —frotó el cabello de su pequeño hermano— ¿Ya cuántos años tienes?

—Dieciocho —A pesar de tener una conversación normal con su hermano, aun sentía como si estuviera viviendo en un sueño.

—¡Vaya! Ya me alcansate hermano —sonrió.

Lexi no dejaba de ver a su hermano, a pesar de que no le gustaba admitirlo, realmente de parecían, a excepción de que Brand era mucho más extrovertido y el color de sus ojos eran mucho más rojizos que los de Lexi.

—Te extrañé como no tienes idea.

—Supongo que la tengo Lexi, yo también te extrañé —se levantó y comenzó a evaluar los libros— ¿y nuestros padres?

—Lo usual —Respondió enseguida—. Siempre ocupados con la empresa, haciendo viajes de negocios y dejando a Tanaka a mi cuidado.

—¿Viajes de negocios? ¿empresa? —cuestionó confundido Brand y quedó de frente a Lexi— ¿Pero que ellos no son...?

Paró de hablar y evitó la mirada de Lexi inmediatamente.

—¿Brand?

—No es nada —negó con la cabeza—. Es solo... Que mis recuerdos aún no están bien informados después de todo.

—Lo siento, es mi culpa —Lexi frotaba sus manos con nerviosismo.

—No digas eso Lexi, gracias a ti ahora yo me encuentro aquí, estamos juntos de nuevo. Somos un equipo —Brand extendió el puño a Lexi para que lo chocara y este después de pensarlo brevemente lo chocó.

Lexi Y El Libro Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora