Iridiscencia

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Era sábado en la madrugada.

Lexi se levantó abruptamente de su cama, sentía una falta de aire enorme, lo invadió un mareo incontrolable y un vacío en su estómago estaba presente debido a que se había negado a comer algo a la hora de la cena.

Escribe Esa palabra resonaba como un eco en su cabeza desde hace ya un tiempo, le daba vueltas, lo acompañaba a todos lados y lo torturaba en todo momento.

Con gritos, susurros, tono amable o amenazador, la palabra persistía.

Lexi miraba a su alrededor y en un intento por calmar el ritmo de su corazón comenzó a inhalar y exhalar, una y otra vez hasta conseguir su objetivo. Le dolía la cabeza y todo a su alrededor daba vueltas, observaba la ventanilla en la pared frontal, en la cual se podía observar con claridad aquella bola de luz blanca, eso lo tranquilizaba.

Se levantó de la cama y se dirigió hasta llegar al otro extremo de su habitación.

Con cuidado estiro su brazo hasta llegar a la oreja de la ventanilla y deslizara para que de esa forma lograra entrar un poco del maravilloso aire nocturno, se sintió aliviado, buscaba con desesperación el aire, era algo inexplicable pero sentía como si fuera la primera vez en mucho tiempo que sentía una brisa tan relajadora.

Entonces algo le recordó la razón por la que se sentía aprisionado, algo lo cual, incluso para él, era difícil de explicar. Sabía que si decía algo nadie le creería, incluso sentía que hasta Tanaka podría mostrarse escéptico; es por eso que no era fácil hablarlo, es por eso que desde entonces no podía actuar de la misma forma imperturbable, ahora sentía miedo, miedo a lo desconocido... Miedo hasta de lo conocido.

•••••••••

Desde aquel día Lexi no volvió a asistir al colegio y desde entonces habían pasado nueve días. Tanaka reportaba a la escuela que Lexi no se encontraba muy bien de salud, pues el chico comenzaba a sufrir de insomnio y las pocas horas que lograba dormir el joven comenzaba a mostrarse con sonambulismo.

¿Qué le sucede al joven Lexi? se preguntaba desde aquel día que Lexi le insistió a llevarlo tan temprano a la escuela, pues a su regreso Lexi le pareció totalmente... diferente.

Tanaka pensaba que el hecho de mostrarse Lexi entusiasmado por ir a la escuela tan temprano le parecía algo bueno y curioso, pero ahora, sabía que algo más le había sucedido a Lexi quizá, algo malo.

De vez en cuando Tanaka intentaba persuadir a su joven amo que saliera un poco a tomar el aire, aunque fuera en el jardín trasero pero era difícil poder convencerlo

Ahora su rostro pálido ayudaba a resaltar las aureolas oscuras que se encontraban en sus párpados. Apenas comía y casi no salía de su habitación.

Muchas veces Tanaka se vio tentado a hacer un llamado al médico de la familia para realizarle una evaluación física, a pesar de eso él mismo sabía que no se trataba de alguna enfermedad como la gripe o una fiebre, lo que tenía iba más allá de eso...

Un día, Tanaka hizo lo que haría en cualquier mañana. Le preparó el desayuno a Lexi, ordenó su habitación, le preparó el baño y le dejo la muda de ropa que usaría durante el día; entonces, tomó las prendas que se trataban con delicadeza de su joven y se dispuso a llevarlas a la tintorería.

Pero antes de eso, decidió hacer una parada al colegio donde asistía Lexi para levantar un reporte sobre todo aquello que había sufrido Lexi durante su estadía en esa escuela.

Lexi Y El Libro Mágico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora