30. Un Albus, dos conciencias y tres peleas.

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–¿Cómo está Paris?

Plan fallido.

Oh, Merlín. Debía ser una jodida broma.

En serio, comenzaba a preguntarme seriamente si no era cierto eso que había dicho James a si existían cámaras ocultas de Rita Skeeter para un programa de risas. Con lo cotilla que era esa mujer y lo obsesionada que estaba por encontrar algo malo acerca de mis hermanos y yo por ser hijos de Harry Potter, creía que esa psicótica acosadora era capaz de cualquier cosa.

Ahora cargaría una poción contra escarabajos en el bolsillo de mi pantalón.

–Ella... emmm... bien, igual que siempre, ¿Por qué preguntas?

Sabía que la respuesta había sonado fuera de mi tono normal, tambaleante e insegura, pero traté de distraer a mi novia envolviéndola con uno de mis brazos alrededor del hombro y dejando que recostara la cabeza sobre mi pecho. Ese gesto solía convencerla de casi todo.

–Oh, por nada, sólo que me alegra verla con Troy –murmuró, acongojándose entre mis brazos y comenzando a juguetear con mi corbata–. Aquí entre nos, debo admitirte que siempre creí que ella estuvo enamorada secretamente de ti.

Mi cuerpo se tensó y seguramente ella lo sintió. Solté un "pff" burlón para tratar de disimular y para que creyera que la reacción involuntaria de mi cuerpo había sido solo por sorpresa y conmoción ante su inesperada confesión y no, en realidad, alguna emoción similar a la esperanza.

Vamos, tampoco tenía que emocionarme con eso. Hacía menos de un segundo que me había prometido olvidarme de Paris, y Alice no la conocía ni apenas así que obviamente ella no era quien para asegurar cosas como aquellas.

Atentaba a mis decisiones muy seriamente.

Entonces, supongamos que ambas están enamoradas de ti... ¿A quién elegirías realmente?

Merlín. Esas cosas no se preguntan. El dolor de cabeza y la duda perduran para todo el día.

–Oh, mira, hablando de ello –giré a ver a Alice con el ceño fruncido justo cuando ella levantaba su mano llamando a alguien–. ¡Troy!

Lo vi acercarse con una sonrisa de medio lado mientras se sacudía el cabello... ¡SE ESTABA SACUDIENDO EL CABELLO! ¡Eso era marca Potter registrada! ¡No tenía el permiso! ¡Todos los derechos reservados! ¡ESTABA HACIENDO PLAGIO A TODA UNA GENERACIÓN DE SACUDIDORES DE CABELLO!

¿Quién se creía?

Me diviertes mucho. A veces siento que ni siquiera es necesario hacer mi trabajo para que te veas humillado.

Y, lo peor de todo, es que aceptó la propuesta de Alice con confianza, sentándose frente a nosotros. Ahora que lo recordaba, este sinvergüenza no estaba robando solo a mi mejor amiga... ¡Pasaba casi todas las clases con mi novia y eran compañeros de secretos!

Carajo. Ojalá solo se juntara con Paris como viejas chismosas a intercambiar los secretos de nuestro noviazgo. Lo prefería antes de que intentara conquistarla.

Pero... no, Paris era Paris. Era demasiado atractiva como para que no la vieran de esa estúpida forma. Yo debía ser el único que se acercó a ella con intenciones de amistad...

Ja. Y mira como estás ahora.

¡Por eso! ¡Ella no debería relacionarse con nadie!

–Hola, Alice –saludó–. Hola, Albus.

Cuando vi su mano estirada hacia mí, dudé un par de segundos si estrecharla o no. Spiegelman lo notó, por su cara de confusión, que se transformó en una sonrisa en cuanto sacudí su mano de arriba a abajo tal vez en un apretón algo exagerado.

Albus Potter y la maldición de los Potter || #PNovelTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang