10: Un bebé, ¿fruto del engaño?

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—Potter —lo corrigió Pansy.

—Malfoy.

—¿Qué? —inquirió el rubio mirándolos a ambos exasperado.

El chico rió socarronamente.

—Que ya no es Potter, y mucho menos Granger... es una Malfoy ahora, amigo.

Draco reprimió un suspiro de hastío.

—¿Dónde está tu mujer? —Lucius hizo acto de presencia en la conversación, mirando con reprensión a su vástago.

—Pues aquí no —respondió sarcástico.

Su padre lo fulminó con la mirada, a punto de decir algo pero al notar a la pareja que se encontraba ahí, se detuvo.

—Oh, adelante Lulú, estamos en confianza —acotó Zabini con una sonrisa cómplice.

Pansy lo miró nerviosa, mientras Draco trataba de contener una carcajada.

—Me llamaste... ¿cómo? —inquirió Lucius, arrugando la frente y lanzándole una mirada venenosa.

Un agudo y repetitivo sonido empezó a escucharse en el interior de la mano de Draco. Lucius abrió sus ojos plateados tanto como sus cuencas se lo permitieron.

—¿Qué demonios es eso?

Draco le mostró el móvil.

—¡Responde de una vez! —exclamó la chica con impaciencia.

Pansy, Lucius y Blaise estuvieron atentos a la reacción del joven.

—Granger, ¿dónde mierdas estás? ¡Te dije que debías volver hoy! —su padre le hizo un gesto para que bajara la voz, Draco simplemente lo ignoró.

La vena que cruzaba por la sien del rubio comenzó a notarse. Entre tanto, apretaba con tanta fuerza su copa que estaba a punto de quebrarse.

—Maldita sangre sucia —masculló un minuto después, metiendo el teléfono al bolsillo de su pantalón.

Sin duda agradeció y maldijo al mismo tiempo el hecho de que el salón estuviese lleno. Por una parte, el tumulto de voces ocultó su exclamación; la segunda y peor: todos los invitados ya habían arribado.

Draco Malfoy estaba completamente lívido. Pero eso no era todo.

Estaba a punto de sufrir la peor humillación pública de su vida; acababa de ser plantado por su propia esposa justo en el día -y en la fiesta-, de su quinto aniversario. ¿Y por qué tanta furia si a él le importaba una mierda ese contrato?

Fácil. Porque ella retozaba con su amante mientras él la esperaba como un imbécil en la majestuosa fiesta que su madre había organizado con tanta premura. Incluso había ido a conseguir personalmente el más fino y costoso de los vestidos de Madame Malkin's.

Sí, la maldita había herido su orgullo, y sobretodo, terminó con el resquicio de respeto que Draco empezaba a sentir por ella.

A un Malfoy ninguna mujer, ni siquiera Hermione Potter lo humillaba.

Que Merlín la amparara, pues cuando el nombre de Draco Malfoy era vejado y difamado, él era capaz de hacer cualquier cosa con tal de recuperar el prestigio.

Casado con una PotterWhere stories live. Discover now