Prefacio.

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Nadie jamás, en el mundo mágico imaginó que James Potter tuvo algún otro amorío. Todos creían que él y Lily Evans eran un matrimonio feliz y locamente enamorado. Quizás, quizás sí lo fueron.

Una salida de James Potter y Sirius Black a Londres, le costó a una inocente niña vivir en una completa mentira toda su infancia y parte de su juventud. Él primero se comenzó a ver con una mestiza por largos meses, tanto fue su afán por ella que terminó enamorándose. Poco después la mujer le anunció su embarazo, y concibió a una niña meses después. James, al ser descubierto por su esposa, le obligó a no ver más a esa niña. Cuando la pequeña cumplió diez meses, Lily Evans obligó a Potter a elegir entre su hijo recién nacido y ella; o a la bastarda.

Quizás parecía difícil elegir. Pero para James Potter no lo fue. Eligió inmediatamente lo primero. Amaba a Marie, era cierto, y de alguna manera también a esa niña, sin embargo; le tenía un amor mayor a su esposa y a su pequeño Harry.

La madre de la niña murió al siguiente mes, y Hermione fue enviada a un orfanato muggle donde inmediatamente fue adoptada.

Nunca, nunca, nunca, James Potter la buscó. Y tampoco tuvo mucha oportunidad, ya que un mes después de que Hermione cumpliera un año; Quien Ustedes Saben lo asesinó a él y a Evans.

Saben que mi padre es un interesado, y sé toda esta historia porque él averiguó todo esto. Yo no tenía idea, y Granger mucho menos.

Lucius planea lanzarse de Ministro, pero no ganaría ni un voto por el oscuro pasado que tenemos. Así que la oportunidad de su vida se le presentó en bandeja de plata: Casarme con esa Gryffindor, que todos creían sangre sucia, pero que al final resultó ser la hija mestiza de James Potter. Una Potter. La hermana de Harry Potter. Heroína de guerra.

Me sorprendió en demasía que mi padre estuviera tentado a casarme con una mestiza. ¡Merlín! ¿No era él, el que me decía que no me relacionara con mestizos y sangres sucia? Supongo entonces, que sería capaz de cualquier cosa para lograr sus objetivos.

Para contar la historia corta, salió muy lastimada luego de terminar con Weasley, así que, haciendo uso de mis encantos, nos hicimos amigos. Poco después, durante el último curso luego de que el castillo fuera reparado, le propuse matrimonio. Ella obviamente no aceptó a la primera, preguntó las razones y yo se las di.

Es cierto que quizás me golpeó en la cara tan fuerte como en el tercer curso al escuchar el motivo por el que quería casarme con ella, pero al día siguiente, me contó algo. Que estaba decepcionada del amor, de la vida, de todo, tanto que había decidido aceptar mi propuesta.

Ninguno de los dos tenía interés en enamorarse, y ciertamente, ninguno de los dos lo estaba. Éramos amigos y nada más. En eso se basaría nuestro matrimonio.

Se hizo una gran fiesta en la Mansión Malfoy, ambos nos casamos bajo nuestras condiciones: Respetar la privacidad del otro y tener cuantos amantes quisiéramos sin cuestionarnos nada, siempre y cuando esto no afectara nuestra buena reputación de "matrimonio perfecto".

Mis padres obviamente estaban en contra, aún lo están. Pero ese asunto solo nos concierne a Hermione y a mí, y así decidimos vivir nuestra vida conyugal.

Hermione es una mujer hermosa, ella es la mejor de mis amantes, a decir verdad. Lo acepto. Pero yo jamás seré un hombre fiel. Y ella miles de veces me lo ha dicho: Jamás pertenecerá a mí de manera completa. Acepto eso. O lo aceptaba hasta que las cosas comenzaron a cambiar.

Es extraño estar casado con una Gryffindor. Ella es una mujer única; inteligente y bella por igual. Pero para mí, y aunque me cueste siquiera mencionarlo, siempre será la hermana de mi peor enemigo en el Colegio.

Quiera aceptarlo o no, estoy casado con una Potter.

Casado con una PotterWhere stories live. Discover now