Capítulo 3

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Caminábamos mirando algunas vidrieras, y aún Tom no me había soltado de la mano.

-Oh-exclamo emocionada al ver un buso que Andreas estuvo buscando para Stella.

-¿Te gusta?-preguntó Tom a mi lado, negué con la cabeza.

-Es para Andreas-él me miro con una ceja alzada, admito que había sonado raro, ya que era un buso para chicas-él quería regalárselo a su novia-expliqué.

Decidí comprarlo para dárselo a Andy, así él podría dárselo a Stella como tanto quería.
Entramos a la tienda, y pregunté a la cajera cuanto estaba aquel buso. $320. Y era justo lo que tenía.
Pese a todo, y aún sabiendo que me quedaría sin dinero para comprar algo que quisiera, compré el buso.

Al salir de la tienda, Tom volvió a tomar mi mano y seguimos recorriendo.

Entramos a una chocolateria, pues Tom dijo que su hermano había estado hace días quejándose de querer comer chocolate y ya no lo soportaba.
Mientras yo miraba las distintas golosinas que había, Tom tenía una caja de chocolates en manos y algo más que no me dejó ver que era. Cuando él pagó salimos y seguimos recorriendo.

-Mira que bonito-exclamé al pasar enfrente de una tienda de juguetes y ver un peluche en la vidriera que me había encantado. Tom se paro a mi lado, abrazandome por la cintura, para observarlo.

-Mira aquel-señaló uno casi parecido pero no era igual.

-Me ha encantado este-le señale el peluche que había visto. Él asintió y entró a la tienda, lo seguí porque me imaginaba lo que haría.
Cuando llegue a su lado, estaba hablando con una de las vendedoras-que lo comía con la mirada-sobre el peluche.
-Tom, no es necesario, déjalo.

-Yo quiero hacerlo.

-Pero no es necesario.

-Shh, cállate.

Cuando la chica le entregó el peluche, y lo pagó, me lo entregó a mi con una sonrisa. Estaba feliz, pero no podía aceptarlo.

-Tom, enserio no...

-Es un regalo de mi parte, sólo cuidalo bien-me dijo y yo asintí.

-Muchas gracias-sonreí.

-No es nada-me sonrió y revolvió mi cabello.

-¿Qué película iban a ver?-preguntó cuando salimos de la tienda y seguimos mirando vidrieras.

-La nueva película de terror que se estrena hoy-contesté y asintió.

-Si quieres, podemos verla juntos-propuso y yo negué lentamente con la cabeza, aunque me encantara la idea.

-Lo siento, pero prefiero verla con Andy, es algo así como una tradición, sino te juro que la vería contigo. Además, no tengo dinero como para pagar la entrada-baje la cabeza avergonzada.

-No hay problema, pero te invito a ver una película, yo pago.

-No, no podría aceptarlo.

-Vamos, yo quiero invitarte-paró de caminar y se colocó en frente mío-No me rechaces-fingió un puchero.

-Yo... esta bien-sonreí.

-Vamos a la cafetería con los chicos, así les avisamos-sonrió, tomo mi mano y caminamos hacia la cafetería.

-¿Por qué te gusta tomar mi mano?-pregunté, algo avergonzada, pues se me hacia raro que lo hiciera, más teniendo en cuenta que nunca tomaba la mano de las chicas con las que se le veía.

-Me gusta hacerlo-me sonrió, y comenzó a acariciar el dorso de mi mano con su pulgar.

-A mi me gusta que lo hagas-confesé sonrojandome.

La apuesta (Tom Kaulitz y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora