Capitulo 4 Parte 1

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A la mañana siguiente Sofia despertó un tanto desganada, pero más descansada que nunca. Que Lyan le prohibiera asistir en la mañana, sin ninguna explicación, a su trabajo le ha hecho sentirse más relajada. También decidió que Melissa no fuera a la escuela, cuanto más ayuda antes terminaría y mejor. Solo tenía una pocas horas para recoger todo como le exigió su impertinente jefe. 

En la noche decidió colocar algunas cosas ya en cajas, por lo que tampoco tendría que hacer tantas cosas como esperaba. Solo le faltaba alguna ropa de Mel y alguna cosilla del baño. Lo que aún no comprendía era por qué el enojo de Lyan y por qué la desesperación porque hiciera las maletas cuanto antes.

-¡Melissa!- La aludida no tardó en aparecer frente la puerta de Soph. Llevaba una caja entre sus manitos, sus mejillas estaban débilmente teñidas de rojo y llevaba su pelo recogido en una coleta alta.-Aquí tienes esta caja, para lo que te falte. Yo ya termine. Revisa que no se te quede nada. 

Mel obedeció a su madre y,como manos ogió la otra caja con su otra mano. Sofia se paseó por toda su habitación buscando qué se le podría quedar. Entró al baño, donde recordó que había dejado su móvil y vio una llamada perdida. 

Lyan la había llamado, lo extraño es que no insistió constantemente en llamarla. "Seguramente ya se aburrió de mi". 

*****

La señorita Smit cruzó la puerta de la empresa y saludó a cada uno de sus compañeros, que se encontraba por el camino. Tocó el botón rojo que hacía que el ascensor descendiera y, una vez llegó este abajo, pulsó el botón de la última planta. Mentalmente, se estaba preparando para enfrentarse a Liam. La penúltima vez que la llamó, no contestó muy contento que se diga. 

El ascensor sonó dando por hecho que ya había llegado a su destino. Las puertas se abrían lentamente, una vez abierta, Sophia salió de allí en dirección a su pequeño despacho. 

- Señorita Smith.- Sophia giró su rostro en dirección a la persona que dijo su nombre. 

- Camila, ¿qué desea? 

- El señor dejó por decirle a usted que hoy no estaría presente por asuntos personales, a parte de que me dijo que le dijera que llamara al Señor Carl y al señor Haunt para que programe una reunión lo antes posible.- Camila dirigió su mirada a un pequeño cuaderno que sostenía entre sus manos.- También dijo algo de que vendría personalmente aquí un nuevo cliente al que tendría que recibir por él, el nuevo cliente no quiso dar su nombre por lo que cuando llegue no sabremos quién será, a parte de que él mismo quiso presentarse aquí para hacer su cita con el jefe.- Sophia asintió aliviada por tener algo que hacer para distraer su mente. Camila giró sobre sus talones.- Ah, perdón, olvidé algo más.- Se da la vuelta y Sophia percibe un tono rojo leve en sus pómulos.- El señor Payne d-dijo que...- sus mejillas ardían más que antes.- que s-si no obedecía algo que le dejó dicho a usted... L-la ataría en la cama después de unos a-azotes. 

Sophia abrió los ojos fuera de sus órbitas. "¿Desde cuando tenía tanta confianza con su personal?"

 -G-Gracias por... La información.- en un débil susurro. Desde el día que se rió delante de todos sin que los demás supieran por qué era, no había pasando tanto bochorno. 

******

La tarde había transcurrido tranquilamente, había finalizado todos los deberes que le había ordenado su inquietante jefe, excepto uno. Aún no había llegado el nuevo cliente sin nombre a su cita. Faltaban un par de minutos para que él acudiera, por lo que Sophia le pidió amablemente a Camila que le subiera un Café con leche, algo que hizo sin refunfuñar y amablemente. 

Cuando Soph miraba si había escrito todas las reuniones exactamente a la hora y fecha debida el ruido del ascensor hizo que girara su cabeza. Inmediatamente lo reconoció. Era él, aquel tipo extraño que estuvo con Melissa en la tienda de juguetes. 

El cuerpo de Sophia se tensó de pies a cabeza y, como buena trabajadora que era, dejó sus miedos atrás, se levantó del sitio:- Buenas tardes, señor. Soy la señorita Smith.- extendió la mano en dirección del hombre que ya se encontraba frente a ella. 

- Britt.- El hombre correspondió el saludo de Sophia. Una vez sus manos se tocaron, britt apretó de tal manera la mano de Sophia que ella se temió que pudiera rompérsela. 

- Siéntese.- La señorita Smith observaba cada movimiento que realizaba el hombre. Iba bien vestido, con un traje azul marino y una camisa blanca por dentro y sin corbata. Era alto, de pelo negro oscuro como el carbón, sus ojos eran de un verde intenso que irradiaban odio. Sus labios eran gruesos y de un color rosado. A un lado del cuello había divisado un tatuaje, que no supo que era.  Todo él era desprecio. 
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¿Dónde encontrarme? En ig como @thinkerrbell 💋
Gracias por sus lecturas.

Nada Más Que Tú *En Venta*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora