Capítulo XII: Charlotte.

216 20 8
                                    

El rostro que tenía delante de mí se me hacía muy familiar, pero no recordaba de donde. Rubia, de mi estatura, ojos verdes, boca pequeña, mejillas rosadas test blanca…esas características las tenían muchas personas, pero había algo en ella que se me hacía muy familiar. La observé detenidamente… ¡Bingo! Tenía un pequeño lunar en el lado derecho de su rostro, estaba casi escondido por el pelo que le cubría un poco su rostro.

-Charlotte! ¿Eres tú? – me acerqué a ella con la emoción del reencuentro recorriéndome el cuerpo.

-¡Claro que sí! – Charlotte, era una de las pocas primas – que tenía y conocía – por parte de la familia de mi papá. Sus padres habían decidido escapar del tedioso pueblo cuando ambas teníamos tan solo 5 años, ¿Por qué a mis padres no se les ocurrió lo mismo? ah, cierto, papá ya estaba muerto cuando yo tenía 5 años. – ven, y dame un abrazo! – me acerqué a ella y la abracé por un largo rato.

-¿Cómo me reconociste?

-Tú no cambias…

-Charlotte, la última vez que nos vimos teníamos 8 años.

-Bien, bien lo admito. He hablado con tu mamá y me dio algunas indicaciones de cómo reconocerte.

-¿indicaciones?

-Pistas…esas cosas… - sentí un carraspeo detrás de mí, lo que No quería que pasara, tener que presentar a Gerard.

-Em…- Gerard se puso a mi lado. – Gerard ella es Charlotte, mi prima, Charlotte él es Gerard…- deje la frase inconclusa.

-¿Tu novio? - ¿Qué se suponía que debía pensar ella si nos vio besándonos?

-¡no! Él no es mi novio, él es mi amigo…

-Oh, cierto que ahora los amigos se besan como si fueran novios enamorados… - ella se burló de mí. Sí, esa era Charlotte, desde pequeña siempre fue igual, decía lo que se le venía a la cabeza, sin importarle las consecuencias, quizá por eso sus papás decidieron irse del pueblo pues Charlotte opinaba sin que se le preguntara y, generalmente, decía cosas – que aunque eran verdad – molestaban al resto de las personas. Decidí que lo mejor sería ignorar su comentario.

-¿Cómo sabías que estaría por aquí?

-El amigo de un amigo dijo que te había visto.

-¿el amigo de un amigo? - ¿Qué cosas hablaba? Yo no conocía a nadie fuera del pueblo, ¿quién me podría conocer a mí?

-Sí, Frank creo que se llama…no sé, lo he visto dos veces y pues…no hablamos mucho.- ¿qué, Frank qué? ¿me había visto? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo sabía que éramos primas? Mareo, mareo…- ¿te sientes bien, Sophie? Te ves pálida… ¿no estás embarazada, verdad? – ella miró intencionalmente a Gerard.

-No, no…- la voz a penas me era audible. - ¿Cómo sabía Frank que éramos primas? – la veracidad de mi voz me asustó inclusive a mí.

-No lo sabía.

-¿entonces?

-A ver, ¿te estás hospedando en este hotel?

-Sí, pero respóndeme!

-¿Qué tal si entramos y hablamos las cosas con calma?

-Bien.

Tomé de la muñeca a Charlotte y la arrastré hacia la habitación del hotel, Gerard nos seguía desde atrás.

-¿me dirás ahora? – pregunté cuando ya estuvimos dentro de la habitación.

-¿Tienes un cigarro? Quiero fumar.

Dulce y AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora