Cap. 51 ¡Confesiones!

505 61 6
                                    

Caminan bajo el túnel que crea Magma, pero aun así el camino no se forma hacia arriba.

―¡No comprendo! ¡Ya nos alejamos del núcleo! ―ella se queja.

―Pues no sé ―exclama confundido―. ¿Y ahora qué?

―¡Oh, cielos! ―grita la pelirroja.

―¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ―repite y mira para un lado y otro.

―Tu mano. ―Está completamente llena de sangre por la herida, así que ella se preocupa.

Él sonríe, se encuentra bastante tranquilo.

―No hay problema, cuando golpeé a Trueno me lastimé y luego con la pared, pero ya sanará. ―Se ríe.

―Cielos, te ves demasiado calmado. ―Bufa―. Estás perdiendo sangre ¡¿No te das cuenta?! ―Se enoja.

―Pero por una buena causa.

Se sonroja.

―Ese no es el punto. ―Saca un pañuelo de su bolsillo y se lo ata―. Al menos esto servirá, por ahora.

―Gracias. ―Sigue sonriendo.

―Haga lo que haga, no se te mueve un pelo por mí. ―Rueda los ojos.

―¿De qué hablas? Me tiré a un precipicio ―dice pensando.

―¡No hablo en ese sentido! ―le grita.

―¿Eh? ¿En cuál entonces? ―La mira confundido.

―En este. ―Lo empuja hacia la pared y lo besa.

―¡Eres una pervertida! ―se queja, sonrojado.

―Ya me aburrí, mejor me voy con Trueno. ―Se gira y se va caminando.

―¡Pero si te intentó matar! ¡No te entiendo! ―ahora se queja él―. Vuelve aquí.

La pelirroja se detiene, lo mira y frunce el ceño.

―¿Por qué?

―Pues... somos novios, ¿no? No te puedes ir con otro porque sí.

Se sonroja y se toca los cachetes, acalorada.

―¿Seguimos siendo novios?

―Supongo ―dice confundido―. No hemos terminado, como para decir que no lo somos.

―Ay, Rayo ―exclama enamorada y agarra su brazo, feliz.

―Me das miedo.

―Eres muy inocente. ―Se ríe.

―No, solo no soy pervertido. ―La señala―. Como tú. Eres una mujer demasiado atrevida.

―¿Pero te gusta? ―Sonríe de manera pícara para provocarlo.

―Un poco sí ―confiesa sonriendo.

Ella se sonroja, se acaba de enterar de algo.

Rayo ¡¿Un elemento de gira?! (S.E #6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora