Capítulo 2. La pelea

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Diablos, es Jaden. La vida me odia.
En ese momento sólo deseaba que la tierra me tragara y me escupiera en Venus.

—Lo si-siento —tartamudeé. La vida está en mi contra, y no estoy bromeando.

—Sí, cómo sea, ten más cuidado a la próxima, niña —habla amargadamente. No me gusta que tenga ese carácter, pero sigue siendo infinitamente mi crush. Aunque sí, haya dicho que no me rebajaría, pero vamos, sólo es mi crush, no es que vaya a pasar algo más haya.

—Qué carácter —susurró Stiles girando los ojos, lo sé amigo. Es irritante.

—Lo siento —le volví a repetir mientras se alejaba de nosotros dos aunque no creo que me haya escuchado.

Jaden es un chico mujeriego, y tiene su carácter, pero claro, lo tiene con la «nerd.» o los «nerds.» bueno, los cerebritos. Para él, los cerebritos no somos nada, pero yo me aseguraré de que se arrepienta de pensar así. Según él, somos solo para hacer tareas y moriremos vírgenes.
Stiles y yo fuimos por nuestras bandejas con comida y nos sentamos en una mesa que estaba sola.
Las mesas están como clasificadas:
Las putas/zorras/voladas.
Los populares (incluye a Jaden, claro)
Los góticos.
Los nerds, de acuerdo, cerebritos.
Pero Stiles y yo no estamos clasificados él y yo solamente nos sentamos en una mesa que no esté ocupada. No nos gustan las etiquetas... bueno... a él. Porque si no fuera su amiga, me sentaría en la mesa con los cerebritos.
—Jaden, es un idiota, Rachi —dice Stiles mientras se sienta enfrente mío.

—Sí, algo —acepté—. ¿Sabes por qué es así? Por cierto, no me digas Rachi.

—En realidad no, tal vez problemas familiares —se encoge de hombros—. Perdón Rachi.

(...)

Terminamos de almorzar y nos dirigimos a las demás clases.
Iba caminando cuando choque con alguien... sí, de nuevo. Me persigue la desgracia carajo.
¿Hoy es el día de los putos choques ó qué?

—Lo siento —dije y al mirar arriba era, Sarah. ¡Siempre me disculpo yo!
Carajo, aquí habrá problemas. Como dije, la vida me detesta.

—Fíjate por donde caminas, estúpida —gira los ojos.

—Fíjate tú —susurré. Ay no, la cagué y feo.

—¡já! ¡Guau! ¿Rachel Howard dijo eso? ¡Hablas, mujer! —se sorprende la perra.
—¿Y si no me fijo, ¿qué? ¿Eh? —me da un pequeño empujon—. ¿Acaso me va a pegar la niña? ¿La mujercita quiere golpearme?

—Te puedes... arrepentir –dije con voz normal, ya. Estuvo bueno, por estos momentos sí debo defenderme.
En ese momento toda mi timidez se fue. Esta mujer es una maldita odiosa. Tampoco voy a dejar que me pisotee. Tengo dignidad.
Sarah ríe.

—¡Amigos! ¡Nuestra querida Rachel Howard se está revelando!

Un círculo de chicos y chicas nos invade. Aquí habrá algo más que palabras.

—¡Púdrete, bastarda! —me da una bofetada—. Vamos Rachi, siempre serás tímida. Nadie te quiere, siempre serás fea, tonta y por supuesto. Siempre serás una «nerd.» ¡Acéptalo! No te gusta tu vida asquerosa, ¿recuerdas el año pasado? Uy, me encantaba molestarte y eso no ha cambiado.

—¿Sabes? Te gusta molestar a los demás porque sabes que tu vida es una mierda y quieres que la de los demás también lo sea. Tranquila cariño, es mejor ser una sabelotodo que una estúpida que lo único que sabe hacer bien es vomitar todo lo que come.

Repitió la bofetada.

No fue tan fuerte, en realidad casi no dolió. Pero es su manera de hacer drama, pues.
En eso llegó Jaden y se llevó a Sarah, así, sin más se la llevó.

Me fui con Stiles y pude escuchar detrás de mí que silbaban y aplaudían, sí, los aplausos eran para mí, de pronto llega alguien y me abraza por detrás.
Volteé y para mi sorpresa era Jaden, sí señores, ese Jaden. El guapo que me dijo «niña» esta mañana, ¡cállate adulto!

—¿¡Qué haces!?  —le grite sorprendida y empujándolo de mi espacio personal.

—Gracias por decirle esas cosas a Sarah —me agradece.

Ay Dios, ¿qué mierdas está pasando aquí? Primero la loca, y el luego éste.

—Eh, ¿de nada? —dije con voz un poco baja pero audible—. Pero no caeré en tus juegos, no te metas conmigo, ¿de acuerdo? Soy callada, tímida y todo lo que quieras. Pero tampoco soy estúpida.

Él se quedo con la boca abierta y yo seguí mi camino pero antes de entrar al salón de clases todos me miraban.

—Stiles, no puedo seguir aquí, ¿te vienes conmigo o te quedas en las clases? —le pregunte frustrada

—Me quedo aquí, sirve de escuchar qué dicen de ti por lo de hoy —esboza una sonrisa.
Asentí y me despedí.

Me dirigía a la salida y podía escuchar como murmuraban diciendo «no es como todos pensábamos» «tiene agallas» «la igualada esa, hizo un muy buen espectáculo»

Eso hizo que acelerará mi paso y me fui a un parque donde era muy solitario, podía estar sola. Además, rara vez había alguno que otro niño jugando con sus mascotas o con otros niños, qué bonito ser un niño, tu mayor preocupación es qué vas a cenar. Lastimosamente todo cambia cuando eres adolescente y se podría decir que maduras.

¿Qué le pasó a la nerd? Where stories live. Discover now