Capítulo III

15 2 0
                                    

Al día siguiente, la misma rutina: comer cereal, escuchar a mi mamá de lo maravilloso que es ser médico pediatra, de lo estupendo que será cuando me gradúe y cumpla un paso más en el plan de mi vida (planeada por ellos). Me lleva a la universidad, y vuelve  decir:


—Diviértete, y concéntrate en lo que es importante, tu pre-grado.


—Por supuesto, madre. Pase un buen día en el consultorio.


Lo que sí fue diferente hoy, es que no me preguntó sobre mis clases del día, seguro lo olvidó, lo que es extraño, porque ella nunca olvida nada. En fin, creo que es mejor. Mi papá por su parte me envió un texto.

Papá

7:12 AM

<Hoy vas a tener que esperarme una hora después que terminen tus clases, porque tengo una reunión importante.


Por alguna razón, ese mensaje me hizo sonreír; muchos no lo entenderían, pero son buenas noticias: podré estar un tiempo a solas conmigo y mis libros (diferentes a los de medicina que debo leer en casa, y por supuesto, mucho más emocionantes).


Observo a los alumnos en el campus; ellos, que no deben preocuparse en lo absoluto de tener padres pesados y sobre-exigentes. Claro, la mayoría de los estudiantes en Oxford son muy competitivos, y hay muchos que son bastante inteligentes, pero no creo que se hayan ganado la lotería de los mejores padres como yo (sarcasmo). Me dirijo al salón donde tengo la clase de hoy. Todo está muy tranquilo y el profesor aún no llega, mientras espero, saco mi libro de Carrie y comienzo a leer; cuando de repente.

  —  ¡Amy Pond...! Oye, ¿me estás acosando?

  — von Hammersmark, ¿cómo está?

  — Oye, ¿qué tienes ahí? Tú negra novela.

—Hmmm, no es negra, es una historia que deja una gran enseñanza: no juzgues, porque puedes salir perjudicado.

—Oh, niña filosofa. De cualquier modo, no sé, la película no da nada de miedo, y me parece cliché.

—Por favor, von Hammersmark, si no tienes nada lindo que decir, no hables.

—Vamos, Amy Pond. Dos cosas, ¿por qué eres siempre tan formal? ¿No te sueltas ni un poquito? y la otra, ¿te caigo mal?  


Me detengo y pienso: "gran manera de hacer amigos, Elizabeth"

  —Bien, discúlpame,  es que así me criaron mis padres, pero el von Hammersmark se queda. Y con respecto a tu otra pregunta, no, no me caes mal, simplemente no te conozco bien, y tú tampoco a mí.

  —Entonces, no se diga más, debemos conocernos.


Dios mío, qué encantador se escucha con sus rasposas R y sus ojos brillantes. Pues claro que quiero conocerte, tal vez así algo de diversión llegue a mi vida y pueda conocer más personas.

  —Un minuto, ¿qué haces en esta clase, von Hammersmark?

—Bueno... — alarga la palabra, —es que tengo esta clase retrasada, así que, hola  —sonríe.

—Entiendo. Espero que te apliques y puedas aprobar.

—Y yo espero que este semestre no sea tan pesado como el pasado. Es que tuve una mala temporada, tanto personal como familiar, y eso influyó en mis estudios.

Nuestro Mundo Perfecto (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora