Capítulo 7: La verdad de las joyas

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No sé qué misterio fue ese, pero una enorme mansión barroca apareció ante nuestros ojos.

(Emmy) ¿Qué hacemos? ¿Entramos?

(Layton) Por supuesto. Luke, Flora, no os separéis de nosotros, no sabemos qué peligros nos esperan ahí dentro.

Los cuatro nos acercamos a la mansión con cuidado. El profesor empujó la puerta que, a duras penas y con un ruido horroroso, se abrió.

Todo estaba oscuro, la única iluminación que había eran unas velas en unos candelabros que habían en la pared.

(Flora) Qué tétrico...

(Luke) No te preocupes Flora, yo... Yo te protegeré. ¿¡Qué ha sido eso!?

(Emmy) Ay Luke, que caballeroso.

(Luke) ¡No te rías, Emmy!

Las palabras de Luke resonaron por todo el antiguo edificio.

(Layton) Luke, no grites.

(Emmy) Eso, no queremos despertar a los fantasmas de la mansión.

(Luke) Emmy, no soy ningún niño.

(Flora) Dejaos de cháchara que tenemos cosas que investigar.

(Emmy y Luke) S-Sí...

Los cuatro nos encaminamos hacia nuestra aventura. La distribución de aquella casa no estaba clara, empezó con un largo pasillo que era estrecho.

El profesor y yo íbamos apegados a cada pared para ver si había alguna otra salida, mientras que Luke y Flora iban en el centro para que no se separaran.

(Flora) Parece interminable...

(Luke) Tiene que haber un final.

Seguimos andando hasta que encontré un vacío, donde me tropecé y caí yo sola.

(Emmy) ¡Ostras!

(Layton) ¡Emmy! ¿Estás bien?

El profesor me ayudó a levantarme. Mira que tengo que ser idiota para caerme yo solita en el suelo.

(Emmy) Sí, estoy bien. Creo que he encontrado otra salida.

(Luke) Pero el pasillo sigue... ¡Caracoles! ¡Qué daño!

Luke se pegó con otra pared, qué bien que no sea la única que se pega con la nada. Luke es mi álter ego, es muy parecido a mi, pero en pequeño.

(Luke) Por aquí no hay salida.

(Layton) Entonces tendremos que desviar el camino.

Giramos hacia la izquierda y encontramos un pasillo igual que el anterior. ¿A la gente de aquí no le gusta la luz? Bueno, seguro que la factura les sale bien barata.

Seguimos andando hasta que llegamos a un tramo del pasillo que tenía una luz más 'acogedora', es decir, había más luz.

El pasillo tenía las paredes de color borgoña y en el suelo había una larga alfombra roja.

(Luke) Está alfombra es muy mullida. Es taaaaan cómoda que noto como si estuviera flotando.

(Flora) ¡Hala! ¡Una moneda!

(Layton) Quien diría que nos encontraríamos una moneda. Guárdala, quizás luego nos sirva.

¿De qué nos servirá una moneda? ¿Habrá que comprar algo? Qué poca lógica en todo esto.

Seguimos andando hasta llegar a una enorme puerta maciza, con decoraciones barrocas, de color oscuro. Este edificio parece sacado del siglo XVII. ¿Hemos viajado en el tiempo?

El profesor Layton y las joyas misteriosasWhere stories live. Discover now