Epílogo

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Elizabeth

-Sólo empuja un poco más cariño.

-¡Cállate idiota, jamás en mi vida me vuelvo acostar contigo!- le grité muy adolorida. Este bebé  parecía no querer salir. La enfermeras se distraian bastante con mi marido presente, ya que era guapísimo y eso me molestaba aun más que estar aquí pujando.

-Elizabeth, ya está más afuera que adentro, empuja más.- me dijo la doctora.

Puje como me dijo y sentí como un enorme bulto salía de mí y en un segundo más la habitación se llenó de un agudo llanto.

-Mira mi amor... es nuestra Katy.- me dijo Jake acercandola a mis brazos. Yo asentí y las lágrimas comenzaron a salir frenéticamente de mi.

Hace ya dos años que mi hermana había muerto, en el que también se habían llevado a nuestra madre a prisión y yo había recordado todo. Ese día él dueño del Starbucks enseñó las cintas de las cámaras a la policía y cuando ella despertó en el hospital fue encerrada directamente con 50 años de prisión por asesinato. Esperamos que fueran suficientes para que jamás volviera a vernos...a arruinar nuestras vidas.

Cuando yo desperté en la habitación del hotel, Jake estaba a mi lado tan devastado.

-¿Te acuerdas cuando un día Hazael nos encontró besándonos en su habitación?.- fue lo primero que dije.

-Como olvidarlo, tú estabas tan asustada...- se quedo petrificado y se levantó rápido de la silla en la que estaba.- Tú...

-Recordé todo.- cuando dije eso él se lanzó sobre mi con cuidado de no recargarse sobre mi estómago y comenzó a darme besos por toda la cara.

-No sabes lo feliz que estoy de que estés aquí. Cuando Katy salió con tu ropa yo creí que eras ella y después paso todo eso tan rápido...yo pense que te había perdido, para siempre.- me dijo mientras su voz se apagaba lentamente.

- Shh,  estoy aquí.

-¿Y aun me amas?.- me pregunto entre lágrimas después de todo lo que había pasado.

-Aun te amo y siempre te amaré.

Nuestra recién nacida Katy era nuestro segundo hijo, a nuestro primer hijo le pusimos Jake. Él me pregunto porque quería ese nombre y sólo le conteste:

-Quiero que algún día una chica este tan perdidamente de un Jake Manson, tal como yo lo estoy.- él sonrió y me besó.

Cuando nuestro pequeño Jake nació pensamos que podría tener algún tipo  problemas al nacer pero gracias a Dios, nació bastante sano y cuando decidimos tener un segundo bebé  vimos a una especialista amiga de Jake que sabía de nuestro "caso" de incesto.

Ella nos ayudó y nos dijo que si nuestro primer bebé no había tenido ningún problema, era bastante probable que el segundo naciera igual.

Jake y yo aun teníamos una pequeña esperanza de no ser hermanos y nos hicimos pruebas de sangre. Fueron positivas. Él estuvo enojado con todo el mundo por unos días pero al ver a nuestro pequeño seguirlo por todos lados fue inevitable seguir así.

A Rita parecía no importarle el hecho de que fuéramos hermanos, vivía con nosotros y ella siempre parecía feliz, mi hijo Jake la amaba y estaba segura de que mi Katy la amaría también. Ella era como una madre para nosotros y una abuela para nuestros bebés.

Todo era perfecto desde que Jennifer se había ido y apesar de eso, vivía con el miedo dé que ella volviera aparecer. Siempre que estábamos bien algo sucedía mal pero esta vez, haría lo que fuera necesario para proteger a los que más amaba en el mundo.

Vivíamos en Londres y aquí no teníamos que huir de nadie, aquí éramos libres, nadie nos conocía realmente. Y nuestro secreto de ser hermanos nadie lo sabria, ese secreto se iría con nosotros a la tumba.

-¿Amor?.- me llamó Jake.

-¿Si?- le conteste apartando la mirada de nuestros dos bebés. Se veían hermosos durmiendo. Jake llegó tras de mi y me abrazó cerrando sus manos en mi vientre dándome un ligero beso en cuello.

-Gracias.- susurro.

-¿Por qué?

-Por haberme dado lo mejor del mundo, por hacer mi vida perfecta, te amo tanto Elizabeth.- sonreí ante su declaración y me giré para quedar frente a frente.

-Y yo te amo a ti. No tienes nada de que agradecerme, yo siempre hice lo que mi corazón decidió, y el siempre quiso estar contigo. No puedo estar más agradecida yo contigo por quererme.

-Y así será siempre, mi vida.

-Siempre.- repetí yo tirando con mis manos de su cuello para darle un dulce beso. Un beso que siempre recordaría, como el primero.

FIN.

Se Acabaron los Secretros, Mi Amor..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora