Capitulo 3. 1/2

8.3K 547 11
                                    

Viernes, era en lo único que podía pensar. Viernes, viernes, viernes, viernes, día de sexo.


—¿Te sientes bien? —me preguntó Jesse, tomando un sorbo de su café.


Crucé las piernas, movió los brazos, peiné mi cabello con las manos, estaba nerviosa.
Había estado cinco días, cinco malditos días sin nada de nada. Kellin no había hecho nada en esos días, no intentó ningún truco para destronarme y eso me tenía vuelta loca, en el departamento se respiraba la tensión sexual y era tan cortante como una navaja.

—Estoy bien —le respondí.

No tenías ganas de hablar sobre la competencia, los chicos no sabían nada y no debían sospechar ni la más mínima cosa. O se burlarían de nosotros y harían apuestas estúpidas sobre quién ganaría, los conocía demasiado bien como para saber que no brindarían apoyo moral en estas circunstancias.

—Jesse, lo siento, me tengo que ir. Quedé con Kellin de ir al cine esta tarde y ya va a empezar la función —ni siquiera esperé a ver su reacción, me levanté apresurada, tomé mi chaqueta del respaldo de la silla y me marché sin pensarlo dos veces.


Al llegar al departamento, todo estaba silencioso.
Recordé el día lunes, después del “incidente” que tuvimos en mi cuarto y en cuando llegó la pelirroja horas más tarde.
Nunca olvidaría su expresión cuando Kell la ignoró y la rechazó, no alcanzó ni a mirar el interior del departamento, él simplemente le dijo que tenía algo mejor dentro de la casa y le cerró la puerta.
Todavía le seguía dando vueltas a eso, si no me equivocaba, se refería a mí, y eso no era bueno porque no sabía a que estaba jugando Kellin. Pero resultó que se mantuvo calmado toda la semana y no intentó ningún otro truco, y era eso lo que me estaba desesperando, que no intentara nada cuando yo lo quería todo.


—¡Kell! —le llamé. No hubo respuesta inmediata, pero luego de unos minutos, la puerta de su habitación se abrió y el salió sólo en jens. Tenía que dejar de ir por allí sin camiseta o me volvería loca.


—¿Qué sucede? —me preguntó sin comprender la desesperación en voz.


De ahí en adelante dejé de controlarme y reprimirme, lo necesitaba de
inmediato.
Tiré mi chaqueta al suelo y caminé decidida hacia él, lo afirmé de los hombros y estuve a punto de besarlo, pero no lo hice. Quedé a milímetros de sus labios, sólo un leve roce me separaba de saborearlos, pero algo me detenía. Y ese algo era la Regla n° 2.


—Si lo haces, perderás… —murmuró Kellin. Me estaba poniendo nerviosa, de verdad lo quería—… Pero si no lo haces, sabes que no lo soportarías.


Sonrió de medio lado y comprendí lo que había estado haciendo. Al principio pensé que su plan era hacerse el caballero y confundirme para creer que estaba enamorada de él, pero su plan era otro: apaciguar el ambiente y tenerme en el momento de más tensión bajo su poder.
Había perdido varios puntos a mi favor.


—Tú también lo quieres, lo puedo ver en tus ojos —le dije, pero no se inmutó, sino que sonrió con más sorna.


—Y no te equivocas — y rompimos nuestra amistad para siempre, lo supe en el instante en que comenzó a besar mi cuello y entendí que esta vez si sucedería.

Comenzó por mi cuello y luego ascendió hasta mis hombros. Lo empujé dentro de su habitación y cayó de espaldas en la cama, yo sobre él.

Reglas del sexo. • Kellin Quinn.Where stories live. Discover now