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Fueron exactamente cinco días después que Gemma tocó -una forma de decirlo, porque literalmente entró a la casa como si fuera la suya- la puerta de los Mikaelson.


Estos no habían tenido ningún tipo de contacto con ella desde la vez que hablaron y Gemma estaba empezando a desesperarse. Generalmente era una persona-demonio muy paciente, pero el tiempo estaba encima, así que tenía razones para impacientarse.


—Justo a ti quería verte –exclama deteniéndose en una de las columnas de la terraza. Su mano derecha sostiene al oso y con la derecha señala a Klaus–. ¿Cuándo pensabas hablarme? ¿Cuándo esa bruja apareciera y los matara a todos?


—Gemma –dice en forma de saludo, bebiendo de su copa–. No esperaba tu visita.


—Por supuesto que no la esperabas –murmura entre dientes–. ¿Puedes decirme porque demonios has estado evitándome? No, sabes que, no respondas. Mejor dime ¿Por qué demonios, Camille, mi prima, huye de mí siempre como si me repeliera?


Klaus chasquea la lengua, alzando una ceja en su dirección. —Tal vez se ha dado cuenta que no gana nada teniéndote a su lado.


El gruñido que se escucha a continuación por parte de Gemma provoca una sonrisa de superioridad en Klaus. La había molestado.


—Muy gracioso.


—Yo sólo digo –se encoje de hombros antes de dejar el vaso en la mesa de centro–. No siempre va ser tu niñera personal, tal vez se cansó de cambiarte los pañales cada vez que puede.


—Detén esta mierda –lo señala y Klaus internamente se ríe ante la imagen de Gemma señalándola con una mano mientras que con la otra sostiene al oso con fuerza.


— ¿Te enfadaste? –pregunta y Gemma sabe por el tono cantarina que se está burlando de ella.


—Klaus.


Klaus alza las manos en son de paz, riéndose con motivo. —Ya, lo siento –suspira–. ¿Qué es lo que quieres?


Gemma inhala y exhala un par de veces, intentando con todas sus fuerzas no conjurar alguna mierda para lastimar a Klaus.


—No me hagas repetirlo.


Klaus vuelve a reírse, soltando un suspiro segundos después.


—Vale, no es divertido –dice sonriendo de lado–. Respondiendo a tus anteriores preguntas; no te estoy evitando, tengo demasiados problemas con lo que lidiar y sobre porque lo hace Camille, no tengo ni la remota idea, no he hablado con ella desde hace varios días.


Gemma se queda en silencio observándolo por dos segundos, examinándolo para ver si realmente decía la verdad. Al ver que era así, se relajó notablemente. Esos días en los que no había hablado con nadie su cabeza había empezado a maquinar miles de escenarios. En cada uno de ellos, ella era traicionada por sus aliados. Pero ahora que notaba que realmente las cosas no eran así, se tranquilizó, todo era culpa de su demente subconciente.

Gemma ➳The Originals.Where stories live. Discover now