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 WinWin escuchó el murmullo de voces detrás de él, las personas siempre reaccionaban igual, todos eran jueces y verdugos, se imaginó con diversión lo que harían si él dejara de ver los paquetes de carne de los refrigeradores y se girara hacia ellas.«¡Boo!»¿Qué pensaban? ¿Qué les iba a robar sus carritos de compra?, nueva noticia, estaban en un supermercado, aún no habían pagado nada, técnicamente eso no era robar.

WinWin sonrió chasqueando la lengua ante su nueva idea.No lo malinterpreten, él comúnmente estaba en paz con todo, Zen y toda esa mierda, pero odiaba a los prejuiciosos.

—Deberían de ser más cuidadosos con cierta clase de personas —escuchó sisear a una de las señoras, bien, bien, hora de la diversión.

Se giró dejando dos paquetes de pechugas de pollo y miró su carrito, como si analizara lo que hasta ahora había depositado dentro, después las enfocó, ellas se petrificaron, ambas era mujeres alrededor de los cincuenta, él dio un paso y ellas tomaron aliento.

Debería haber pensado que alguna de ellas podría tener una falla cardiaca y sufrir un infarto, las miró comprobando,no, estaban relativamente bien. WinWin sonrió mientras avanzaba hasta estar al lado del carrito de señora número uno, había leche de soya, pan integral,envases de yogurt, ella no sabía nada de la buena comida.

Él avanzó mirando hacia el otro carrito, señora número dos era un poco más rápida, trato de mover el carrito y él lo sujetó con una mano, ella se quedó pasmada mirando los nudillos tatuados, WinWin casi se arrepintió de llevar sudadera, si ellas hubieran visto sus brazos esto sería mucho más divertido.

—Chocolate —exclamó triunfal tomando el frasco de nutella.—No...No... Eso...Señora número dos parecía a punto de estallar de indignación pero al parecer no podía encontrar las palabras, él miró de nuevo el nutella y después a ambas.—Voy a tomar esto.—Ellas abrieron más los ojos.—¿No les molesta verdad? —preguntó inclinando la cabeza hacia un lado.

Señora número uno negó con la cabeza rápidamente, señora número dos abrió la boca. WinWin se inclinó hacia ella.Ella comenzó a temblar.Él se rió haciendo que ella tomara aliento dramáticamente. Dejó el nutella de nuevo en el carrito y dio media vuelta alzando su mano.

—Que tengan un buen día, señoras —murmuró tomando su carrito y avanzando hacia el pasillo de las pastas.

No había nada como un poco de diversión matutina, sonrió cuando tomó el nutella del estante, se le había vuelto antojo.Caminó hacia las cajas para pagar su compra, al pasar por el área de atención al cliente miró a señora número uno y señora número dos hablar airadamente con una empleada.

bufó, llegó a una caja rápida y pronto estuvo fuera, caminando con dos bolsas de artículos en cada mano.

Llegó hasta su jeep gris plateado todo terreno de segunda mano, el cristal le mostró la imagen que había causado tanta tensión en las señoras.El cabello castaño rizado era rebelde y súper alborotado «demasiado largo para un chico» era lo que la gente solíadecir.

Tenía una perforación de la ceja derecha, eso estaba ahora a simple vista, su sudadera, la que hubiera deseado haber dejado en casa, escondía sus brazos y la longitud de sus tatuajes que abarcaban casi toda su piel, desde los hombros hasta las muñecas.

«Un jodido loco» le había dicho su padre una vez.«Un loco condenadamente atractivo» había contestado WinWin.Quince minutos después estaba estacionando el jeep en su lugar habitual a un costado de la calle donde vivía. Sacó lasbolsas y caminó silbando hasta su «hogar, dulce hogar».

En la contestadora parpadeaba el aviso de un nuevo mensaje, WinWin sabía exactamente qué era lo que iba a escuchar,dio al botón de play y comenzó a sacar su compra.

Crazy ✓ WinwinWhere stories live. Discover now