46. Oportunidad

442 32 1
                                    


La semana transcurrió muy lenta para el rubio. No podía esperar el momento para poderle explicar todo a Valeria, dejarle saber que sus sentimientos hacia ella son más claros que el agua, que su intención nunca fue hacerle algún daño.

Sábado, domingo, lunes, martes, miércoles, jueves pasaron, hasta que llegó el día esperado el día en el cual tiene una oportunidad, solo una para enmendar las cosas con Valeria.

Tomó las llaves de su auto y su celular, recordó lo que Valeria le había dicho, 'no me mandes ningún mensaje si has llegado, de lo contrario no iré.' Todavía no entendía porque no debía hacerlo, pero no se arriesgaría a desobedecerla, no cuando le había dado una oportunidad para arreglar todo.

Su corazón estaba a mil y sus manos estaban sudando. Apretaba con fuerza el volante haciendo que sus nudillos se tornaran de un color más pálido. Movía su pierna con inquietud cada vez que una luz color roja lo detenía y se peinaba el cabello hacia atrás intentando relajarse un poco.

Pero no podía.

Una vez llegó al Café bajó de su auto a toda prisa, debía de encontrarla, debía de encontrar a Valeria. Cuando entró al local buscó con desesperación esa cabellera castaña de su querida. Sonrió internamente, su querida. Al no encontrarla soltó un suspiro, pues al parecer no había llegado. Se sentó en una mesa apartada de dos sillas donde esperó.

7 minutos pasaron; Luke miraba aburrido a su alrededor.

15 minutos pasaron; Luke movía su pierna de arriba a abajo.

20 minutos pasaron; Luke se debatía entre llamar a Valeria o no.

30 minutos pasaron; Luke comenzaba a desesperarse y a pensar que ella no vendría.

-Disculpe-una dulce voz hizo que este levantara su mirada. Única chica de cabello rubio rizado le sonreía con timidez y sostenía una pequeña libreta-¿Se le ofrece algo?-la persona frente a él se giró a ver a un hombre quien la miraba de brazos cruzados y ceño fruncido.

-¿Eres nueva?-le preguntó el rubio amigable. Ella asintió un poco sonrojada.-Te entiendo, suele ser un poco aterrador.

-No tienes ni idea-murmuró la rubia bajando la mirada-¿Podrías por lo menos fingir que ordenarás algo? Estoy en probatoria.

Luke soltó una pequeña risa contagiando a la mesera.

-Un café-dijo con simpleza. Ella asintió mientras anotaba la orden y luego se retiró con una sonrisa satisfecha.

Luke dejó de mirar hacia dónde se dirigía la rubia y posó sus ojos nuevamente a la puerta la cual se había abierto. Está vez no había entrado ningún hombre de porte elegante, esta vez no había entrado una pequeña niña vestida de las chicas escucha, esta vez había entrado esa persona por la cual tanto había esperado.

Había entrado Valeria.

Text | L.HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora