Capítulo 36.

17.2K 1.4K 86
                                    


Final 2/3


Oh no, oh Dios mio. Me persigue la desgracia.

-fuiste muy difícil de encontrar, amiga mia.- se acercó a mi, yo temblaba. No tenía la daga aquí y Benjamín estaba ocupado tratando de evadir la magia de un hechicero que acompañaba a este señor.

Al parecer era mucho más poderoso que él, torturaba su mente y este momento no podía hacer hechizos. Eso era lo que veía. Oh no.

-no le hagan daño.- señalé a Benjamín.

-si no dejan de bloquear su magia, irá a donde balthasar y lo traerá, y atrasará tu muerte, cosa que no quiero que suceda. Te has escapado demasiado de mis manos, chiquilla. Eres alguien difícil de rastrear y ahora que tengo el poder para matarte personalmente, lo aprovecharé.

Sonrió con malicia.

Lo miré, oh Dios mio.

-ni siquiera luches, soy mucho más fuerte que tú y mucho más veloz que tú. No saldrás de esto.- susurró.

Debo de luchar, no puedo morir y este sujeto quedar vivo. Soy la única que puede matarlo y si no lo hago ahora, será más inmortal de lo que ya es. No tendrá fin alguno. A un vampiro normal, con una estaca o arrancarle la cabeza basta. Pero este no, este será invencible.

De pronto desapareció y apareció en frente mio. Rodeó sus dedos en mi cuello, alzandome. Comencé a patalear y puse mis manos en las suyas para tratar de quitarmelas, pero no, era mucho más fuerte que yo.

-te pareces mucho a tu madre, pero tienes esos ojos de tu padre. Lindo regalo.- sonrió poniendo sus ojos rojos. Pateo su abdomen pero este ni se inmuto.

Luché y luché, pero veo que no vale la pena.

La daga era la única arma con que podría matar a este hombre y ahora mismo está muy lejos. Por favor Dios, ayúdame.

-Adiós niña bonita.- estiró su mano hacia atras y con toda su fuerza, atravesó mi cuerpo. Abrí mis ojos a más no poder al sentir esta intromisión. Sentí el aire faltar, había arrancado mis tripas junto con mi estomago, me empezaba a ahogar con mi propia sangre. El príncipe imbécil, me arrojó con toda su fuerza al piso, rompiendome el cráneo.

-¡Jo!.- gritó con dolor y sorpresa Benjamín. -oh no.- gateó hacia mi.

-ya no hay más nada que buscar, esta muriendo rápidamente.- Escuché su sonrisa. Sentía un mar de emociones, pero comencé a ver algo en mi visión, no era una luz. Era algo extraño.

Eran recuerdos.

Sentí los llantos de Benjamín, pero ya yo iba desapareciendo en el viento. Me tocó y aparecimos en la casa de Balthasar.

-¡Balthasar!.- escuché que grito con dolor.-¡Balthasar!.- gritó más fuerte, abrazando mi cuerpo. Quería abrazarlo, pero no podía.

-¿que pas...?.- se calló . Escuché sus pasos.- ¿Qué ocurrio?.- alzó la voz, se escuchaba como se rompía con cada palabra.

-la mataron Balthasar y yo no pude hacer nada.-lloró como niño, empezaba a escuchar el llanto de Balthasar.

-no, no, no. Jo, no te vayas Jo.- exclamó desesperado agarrando mi rostro sin vida. Mis ojos estaban inexpresivos. No había nadie ahí, un cascarón vacio.

Lloraron como si se tratara de un entierro. Pero era la muerte, la muerte mía.

Nikki corrió hacia la sala y al mirar la escena, corrió hacia mi. Gritó como una loca y casi se desmaya.

Opuestos  (Two Souls #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora