Perdón.

4.4K 366 145
                                    

Más que lágrimas eran aquellas que se escurrían lentamente por el alineado rostro de Taehyung. Se sentía devastado, acorralado, arrasado. Notaba como poco a poco comenzaba a ahogarse por dentro, y es que cada sollozo quemaba la zona baja de su lagrimal, avisándole que seguido a ello tendría unas horribles y dolorosas ojeras.

B-bebé, ¿yo merecía esto?

Ya habían pasado meses desde la muerte de Jungkook, y al parecer aquello lograba perturbar al hermano intermedio como si de una bomba enfrente suyo se estuviese hablando.

El pequeño estaba en otro plano, otro mundo del cual pocos podían hablar, pero muchos debían dudar. Taehyung bien sabía que su niño de tan sólo 16 añitos tenía más que merecido el cielo. Había sido una hermosa persona, tan maravillosa como uno se lo pudiese imaginar. Cada día portaba esa linda sonrisita en el rostro que alegraba de sobremanera al adverso, permitiéndole seguir con el agobiante y ardío trabajo previamente conseguido. 

A pesar de Taehyung saber sobre los problemas que Jungkook tenía, dejaba que su hermano preferido finja estar bien cuando él aparecía. Temía que aquello se vuelva una estúpida costumbre, pero al parecer Jungkook había tomado una decisión, y ésta consistía en no ser un estorbo para su hyung. No le comentaría sobre los acosos constantes, no hablaría de sus "amigos" imaginarios y menos sería capaz de pronunciar acerca de la vil intención que ellos tenían. Cerraría el pico.

¿Entonces me mentías?

Cada mañana antes de ver partir al adolescente por sus jornadas escolares, se encargaba de depositar en sus dulces labios pequeños y cariñosos piquitos que más de ahí no iban. El de naturales cabellos azabaches no podía creer que aún con su avanzada edad necesitase de los besitos contrarios para proseguir el día, pero así era y lo adoraba. En ese entonces adoraba sentir los acolchonados belfos ajenos sobre los suyos, sentir su cálido tacto acariciar cada comunal recoveco adherido.

Taehyung amaba con locura al niño de sus ojos, aquél que había prometido estar a su lado por el resto de la eternidad. Su amor quizás no era digno de pertenecer a lo que se llamaba "correctamente moral", pero sabía que era puro en cuanto a sentimientos, y eso no se discutía por nada en el mundo.

Tras cumplir sus 19 años, salir a buscar trabajo y hogar por separado se la había tornado algo complicado. Pero gracias a diversos contactos, con el tiempo pudo cumplir aquél sueño de llevar consigo a Jungkook, quien más que entusiasmado aceptó su propuesta.

Perdón...

Por esa razón se sentía tan culpable. Él era el responsable de todo, y su madre lo había confirmado. Lo odiaba, detestaba a Taehyung por no haber cumplido con su deber, por no haber estado con el pelinegro cuando realmente necesitaba de ello.

Y sin más, así fue como sucedió. Taehyung no lo soportó más, no logró borrar aquellas terroríficas imágenes de su hermanito colgando del reforzado ventilador de techo. Muerto, putamente muerto.

Jeonggukie, ¿es que acaso nunca me quisiste? —Murmuró para sí mismo antes de cerrar con cansancio sus ahora pesados párpados.

Quién diría que no volvería a abrirlos.


Kim Taehyung: Suicidio|Intoxicado.

30/10/1995 - 02/07/2016

—®—

A que no se la esperaban. Qq, yo tampoco, pero hace tiempo no mataba a un personaje y me quería desquitar acá ya que lo veía un tanto vacío. Espero no les moleste.


𝙈𝙚𝙢𝙤𝙧𝙞𝙚𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora