Pero no estaba segura, todo aquello me lo había dicho Vinny.

—¿Preocupada, Marcada? —preguntó detrás de mí, en seco.

Marcada, ahí estaba de nuevo aquel recordatorio de lo que me había pasado. Y estaba aterrada por ese susurro que había recibido por alguien que no sabía si era hombre o mujer.

Me giré hacía él, con un nudo en la garganta estropeándolo todo.

—No pude manejar ni siquiera mi vida y quieren que controle la vida de éste chico—miré a Sally, que yacía con la mirada en el techo—¿Cómo se supone que debe seguir esto?

—¿Te das por vencida?¿Tiraras la misión al demonio? Me sorprende que una chica como tú tire la toalla así como si nada—espetó, poniendo los ojos en blanco.

—¡No me voy por vencida!—aclaré—Simplemente estoy perdida con todo esto.

Necesitaba un poco de aire. Estaba tan confundida con todo lo que había pasado en aquel día, que ni siquiera podía planteármelo.

Había visto a Taylor vender droga al hijo de mi padre.

Y mirara por donde mirara la cosa, eso solo lo haría una persona mala. Ya que estaba vendiéndole muerte.

—Gabriel no fue capaz de decirme cómo podía encaminar a Sally—continué, con la vista fija en la ventana—¿Cómo se supone que debemos salvarlos sino podemos interferir?¿Cómo se supone qué...?

Mis palabras quedaron en el aire cuando me volví para ver a Ethan.

Lo primero que vi fue a una joven de cabello corto, de baja estatura y que llevaba un traje blanco a la medida.

Sus ojos color miel estaban echaban fuego sobre Ethan, quien se encontraba sonriendo de oreja a oreja, como si hubiese hecho alguna travesura.

—¡Vinny!—lo regañó ella, enfurecida.

Acto seguido, tiró de su oreja y él apretó los dientes.

Me quedé algo descolocada.

—¿Y tú eres...?—pregunté, titubeante.

La joven por primera vez me vio, pero su enojo no desapareció en absoluto y seguía tirando de la oreja de Ethan.

—Florencia, un arcángel—se volvió hacía Ethan—¡Y ahora mismo me llevaré a este muchachito caprichoso!

Ethan se zafó de su agarré y sus ojos se convirtieron en platos.

—¿Qué?¿Por fin volveré con Kathy?

La emoción en su voz me extrañó. No entendía nada.

—¿Kathy?—pregunté.

Los dos se volvieron hacía mí.

—Kathy era la protegida de éste chico travieso antes de que a ti te marcaran—explicó, como si estuviese molesta conmigo—. Así que despídanse. A ti te asignaran otro guardián. Por cierto ¿cómo te llamas?—me preguntó.

—Angélica. Angélica Williams—respondí rápidamente.

Ethan no me había contado nada acerca de su pasado. Aunque no me sorprendía en absoluto, era muy reservado.

Me lo quedé mirando un momento, algo aturdida por la noticia.

¿Tendría otro guardián?¿Por qué?

—Vendré por ti en una hora ¿bien? —dijo finalmente Florencia—¡Nos vemos luego, gente bonita!

Sus alas la envolvieron y una especie de neblina la consumió hasta no quedar nada de ella.

No te olvides de Angélica.Место, где живут истории. Откройте их для себя