XXVII

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HOLA NO ME MATEN. Aprovecho esta actualización para dejarles un mensaje (?: MUCHA gente me manda dms y comentan que no pueden ver algunos capítulos de mis fics, no sé si es un error de wattpad o qué onda, y tampoco sé como solucionarlo (im so sorra). Así que si tienen problemas con eso, déjenme un mensaje con el nombre del capítulo y sus mails y se los paso para que puedan leerlo. Bai. 


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Graves sonidos de explosión empezaron a llegar a nuestros oídos, la estructura de la vieja mansión Black parecía estar por derrumbarse en cualquier momento. 


— Es la casa — dijo Harry — tiene cientos de hechizos para que traidores o personas con malas intenciones no puedan entrar, estamos a salvo por un tiempo. 

 — ¡¿Qué hacemos?! — pregunté desesperada. 


Para ese momento, los demás ya habían bajado a la cocina. 


— Son mortífagos, intentan entrar a la casa. 


Harry abrió la boca, para intentar trazar un plan rápidamente pero la aguda voz de bella volvió a hacerse presente. Esta vez con un grito aterrador. 


¡BOMBARDA MAXIMA!


Y pudimos sentir como las paredes fallaban y el piso se quebraba bajo nuestros pies. Tres o cuatro carroñeros entraron a la cocina. Me paré frente a Draco. ¿Por qué lo hice? ¿Ahora era yo quien quería protegerlo? Harry se paró frente a mí. 

Los hermanos Carrow entraron después, frunciendo la nariz con desagrado. Les siguió Greyback. Y luego ella. 


— Acaso creen, que unos hechizos inútiles me impedirán entrar a mi propia casa? — por algún motivo todos se creían los legítimos herederos de esta casa el día de hoy.— Aquí estas — me miró — la niña que escapó de las horribles garras de Voldemort. 


Y entonces, detrás de Harry y de mí, vio a Draco. Un destello de desilusión pasó por sus ojos. 


— Vaya, que lindo es el amor, ¿no? — se empezó a reír histéricamente y todos los demás la imitaron. Se puso seria de repente. Estaba loca.  — Ven con nosotros Draco, termina ya con esta basura. 

— Haz lo que dice tu tía — musitó Greyback. 


Nadie se movió ni abrió la boca, entonces se impacientaron. 


— ¿Qué acaso quieres ver morir a todos tus amiguitos? — se acercó peligrosamente, Harry adivinó que intentaba tomarme del brazo y levantó la varita, desafiante. — ¡Eres la vergüenza de esta familia! ¡Tu señor te ordena que vuelvas al cuartel con los demás mortífagos!


El pareció ceder, dar un paso al frente se asomó por sus pensamientos, pero la voz menos pensada lo detuvo. 


— No vayas, Malfoy. — dijo Hermione. 


Y esa fue la frase que hizo que todo explote, un avada seguido de un «maldita impura» salió despedido hacia Hermione y entonces inició la batalla. Me tomó un momento sacar la varita del bolsillo del sweater que traía, pero me puse a lanzar hechizos a diestra y siniestra. 

Tal vez todavía no estaba tan fuerte como para pelear, porque apenas me sostenía y la respiración me abandonaba por momentos. Pude tumbar a dos carroñeros, y me dispuse a buscar a quien fuese que estaba peleando con Bellatrix para así ayudar, pero no podía verla por ningún lado. Busqué desesperadamente con la mirada y tampoco encontré a Hermione. Molly fue el primer rostro familiar con el que me topé, y le grité desesperada.


«¡¡¡Hermione, dónde está Hermione!!!»


Mortífagos y no mortífagos escucharon mis gritos, y luego ellos se percataron que su jefa ya se había ido. Empezaron a retirarse rápidamente, sombras negras llenando la habitación hasta que quedó un jadeante silencio. 

Todos miraban hacia los costados y nadie la veía. 

Caminé por el pasillo lleno de escombros y entré a la biblioteca, estaba en el suelo, mirando el vacío, con lágrimas cayéndole por la cara. Como si vivir ya no fuese necesario. Un brazo extendido hacia la derecha lleno de sangre, pero aún así se distinguía la intencional herida, que probablemente dolía más en el alma que en la piel .


Sangre Sucia. 

Vida mágica. (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora