-Por suerte no tengo novia, no soportaría tener que pelear con ella por estupideces –dice luego de tomar dos shots de tequila seguidos. Para ese momento ya estaba borracho, ya podía ver cómo terminaríamos esa noche: arrastrando a Nano a su casa.

-No necesariamente tienen que pelear ¿No? –consulta Tiziano inspeccionando a las pocas mujeres del lugar, la mayorías de edad avanzada y poco atractivas. –Mientras no la dejes hablar mucho está bien.

-Tiziano –advierte Ignacio a sabiendas que sus comentarios machistas no eran bienvenidos por todos.

-Pero es cierto, si le das regalos, la sacas a pasear, pagas sin chistar, le das buen sexo no habrá problema. Son bastante estúpidas.

-¿Y tú que eres entonces? –consulto de mala gana porque una de esas mujeres había sido mi hermana.

-Tranquilo pichón, que no digo que todas sean iguales. Supongo que habrán dos o tres excepcionalmente diferentes –asegura buscando algún objetivo al cual poder abordar. –¿No deberíamos estar en algún otro lugar? Digo ¿Alguna fiesta donde la mujer más joven no tenga la edad de mi madre?

-Oh vamos, sabemos que te gustan maduras –bromea Nano pidiendo otro trago.

-Además están los profesores, no quiero verlos en su peor estado porque luego no pueden pedir que los respete –continúa señalando hacia una esquina donde podemos ver a tres de nuestros profesores, los que meses atrás envidiábamos por tener más alumnas tras ellos que todos nosotros juntos. –Míralos.

-Están festejando la recuperación de Fidel –digo encogiéndome de hombros pero realmente se veían muy borrachos, apenas estaban hablando y lo hacían en tono bastante alto.

-Realmente se lo ve bastante bien –dice Ignacio quien no era muy amante de profesores promiscuos y nosotros sabíamos de esos tres. –Pero de todas maneras deberías llamar a Rocco, no creo que sea sano que tome de esa manera luego del accidente que tuvo.

-No lo molesten –se apresura a decir Tiziano cuando le doy un asentimiento y procedo a sacar mi celular. –El profesor Fidel ya es un hombre grande y está con los otros dos que saben lo que hacen... además estábamos aquí para divertirnos no para vigilar al hermano de Rocco.

-De todas maneras le avisaré –digo esquivando su mano que estaba dirigida a mi teléfono. Escribo un rápido mensaje que tiene respuesta inmediata avisándome que llamaría a Brandon para recordarle lo que había pasado la última vez que habían salido; efectivamente veo al profesor más alto sacar su teléfono, hablar un poco y luego dejar de beber de golpe aunque claro que no creía que él fuera a manejar, pero por lo menos podría cuidarlo.

Un rato después nos unimos al grupo de chicas más jóvenes que habían y comenzamos a bailar mientras ellas nos contaban, entre risas y miradas lujuriosas, que eran estudiantes universitarias de vacaciones y no habían encontrado más que este bar. No les dijimos nada, porque sinceramente eran las únicas con las que nos podíamos divertir fuera de las señoras de edad, y ya que estábamos allí aprovecharíamos.

Cuando la música cambió por una romántica me disculpé con mi compañera y fui por un trago mientras los demás seguían bailando. Ignacio ya estaba besando a la suya y Nano estaba esforzándose para hablar coherentemente y poder conquistarla, aunque claro, no le estaba yendo demasiado bien. Tiziano en cambio estaba parado en la pista mientras la chica le bailaba alrededor hasta que la detuvo, la besó apasionadamente y le pidió el número de teléfono; ella accedió por supuesto y luego de aquello se acercó con una mirada pícara al lugar donde me encontraba.

-Vamos Tomás, la chica está buena y la dejaste sentada allí para que la aborde cualquier borracho –dice mirando en su dirección. Era verdad, de las cuatro chicas ella era la más linda, pero no me hacía desear nada.

-¿Qué parte de estoy en una relación con Rocco no entiendes?

-Oh Tomás, eres tan tierno –continuó apretando mi mejilla. Me aparté dándole un golpe en su mano pero él no pareció percatarse. –No creo que cuente como infidelidad si es una chica.

-Eso no tiene nada que ver, no seas idiota –advierto fulminándolo con la mirada, pero él sabía que estaba molestándome porque su mueca de triunfo era indisimulable.

-Te prometo que no diremos nada, queremos que seas feliz y quizás si es con una chica tú...

-Tiziano si no cierras la boca en este momento todo lo que hablamos de intentar volver a ser amigos se irá a la mierda.

Él borra su sonrisa de golpe y corre sus ojos nuevamente a la pista. Estoy enojado, no sé porque dejo que me afecte su idiotez crónica, pero lo hace y no me gusta. No importa lo que él diga, no debería importarme, pero allí estoy, apunto de golpearlo una vez más.

-Lo lamento –dice apretando sus manos, lo que más odiaba en la vida era admitir un error y disculparse por él, así era Tiziano, orgulloso y soberbio por naturaleza. –Es que no lo entiendo ¿Sabes?

-¿Crees que es el momento para hablarlo?

-Creo que es conveniente ahora que estoy dispuesto a escuchar las razones por la que te gusta estar más con un hombre que con una mujer.

-No te voy a dar mis razones Tiziano, no corresponde.

-Sólo quiero saber porqué lo elegiste, porqué un hombre y porqué Rocco.

-No lo sé ¿Está bien? –largo de mala gana y él me mira porque había obtenido una respuesta. –Me gusta, no sé porqué. No es como si lo hubiera planeado, pasó y no lo pude contener. Tenía miedo de todo, pero gracias al cielo salió bien.

-¿Tenías miedo?

-Por supuesto que tenía miedo. Digo, es terrible sentir algún tipo de deseo por tu amigo, por tu mejor amigo Tiziano, no la pasé bien –le doy un trago a mi bebida y largo un suspiro. –Por suerte él se sentía igual porque de no haber sido así habría perdido una amistad y no habría sido algo bueno.

-¿Tú lo sabías? ¿Cuándo lo abordaste estabas seguro de lo que él sentía?

-No.

-¿Y lo hiciste de todos modos? –consulta sorprendido y se carcajea ante mi confirmación.

-No la pasé bien, él me golpeó y dejó de hablarme un tiempo pero... pero luego todo estuvo bien así que eso ya no importa.

-Claro que no importa... ustedes están tan felices que las mujeres ya no te llaman la atención –reclama con un dejo de molestia. –Cuando nos arreglamos pensé que podíamos volver a lo de antes, las salidas y las andanzas, pero resulta que ahora eres un estúpido enamorado que no ha mirado a una sola mujer en toda la noche.

-Tú nunca cambiarás ¿No? –quiero saber para callarlo, realmente no quería pelearme con él. Tiziano niega con la cabeza y le revuelvo el pelo para distender el ambiente. –No volverá a ser como antes, yo no quiero eso y lo lamento por ti. Búscate una mujer que te quiera y baja un poco las revoluciones.

-Tengo 18 años Tomás, no delires –se queja pidiendo un trago. Le da un sorbo y me mira. –Supongo que ya no recuperaré a mi mejor amigo.

-No, no por lo menos aese que recuerdas.    

1. Permanece a mi ladoحيث تعيش القصص. اكتشف الآن