XIII.

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Esta noche en especial me encontraba bastante incómoda, no encontraba un buen espacio  en el colchón para acomodarme, ni recargada en el pecho de Peeta, ni boca arriba.

Además, que tenía unas fuertes ganas de hacer pis, así que me levante con dificultad. Me sentía como una tortuga tratando de girar sobre su caparazón.

El embarazo había sido incomodo los primeros tres meses, pero no como ahora. No me sentía bien.

Termine mis necesidades y me lave las manos, pero justo antes de salir, sentí que me había hecho pus encima. Oh, señor. No era pis, había roto fuente.

—¡Peeta!—grito y el pobre salta de la cama sobresaltado y cae hasta el suelo.

—¿Qué pasa?—dice, estando a mi lado en segundos.

Me sostengo contra la puerta del baño, aguantando el primer de los dolores —Peeta, he roto fuente—gruño. Ay, estas contracciones.

Peeta se queda pasmado y con los ojos abiertos. Y yo que creí que él sería el que reaccionaria mejor en este tipo de situación. En este momento juro que deseo el nenuco de Madge.

—¡Peeta!—grito, con un chasquido —. Ayúdame, tienes que manejar al hospital.

—Ah, sí.

Los dedos de Peeta quedan machacados mientras me ayudó a llegar al coche. Y sobre todo el camino, aguanto que le pellizcara el muslo derecho, era mi soporte para aguantar las contracciones, seguro le dejaría morete.

—¡Puja, Katniss, puja!—grita Peeta al lado mío.

¡Maldita sea! —¡Puja tú sí tanto te urge!—Ya estoy gritando incongruencias, con dos horas en la sala de partos ya estoy harta, cansada y bastante enojada. —. A la próxima te compras un nenuco para satisfacer tus ganas de tener bebés—regaño a Peeta.

—Tranquila, Katniss, será todo lo que tú digas, cariño.

—Señora, Mellark, necesito que puje—ordena Aurelius, el doctor.

¡Estoy pujando! Joder. Jodido doctor. Jodido Peeta. Jodidos dolores.

—¡Ya casi! Ya lo veo—continúa diciendo Aurelius.

—Vamos, cariño—Me anima Peeta mientras me limpia el sudor de la frente y sostiene una de mis manos entre las suyas.

—No me sueltes, Peeta.

—No lo haré. Jamás te soltaría.

Pujo una, dos, cinco veces hasta que cuando he contado nueve, el bebé sale.

—¡Ya está!—grita Aurelius.

Entonces, escucho el llanto de mi bebé y todo ha valido la pena. El llanto que indica que el bebé es absolutamente sano, el llanto de mi vida entera. De la vida entera de Peeta y mío.

Dejó caer mi cabeza en la camilla y miro a Peeta sonreírme, se acerca, depositando un beso en mi frente.

Limpian, cambian y arropan al bebé, y me lo entregan.

—Oh, señor—exclamó, con lágrimas a punto de salir —. Es hermoso.

—Lo es—susurra Peeta y el ya está llorando. —Lo es, gracias mi amor. —dice y me da un beso rápido en lo labios y luego uno en la frente al bebé.

—Eres tan hermoso, mi amor, mi pequeño Rye.

—Nuestro pequeño Rye Mellark Everdeen.—completa Peeta por mi. —Real, Katniss.

—Real Peeta.

***
Hostias, que lloró 😭♥️👏🏻

Instagram - Everlark (1ra Temporada) [Terminada]Where stories live. Discover now