Engaño

1.8K 58 4
                                    

Aquella mañana, siento sus labios tocanmr mi frente, como ligeras plumas,, abro los ojos ante el contacto y su mano tibia pasa por mi cabello.

-Buenos días preciosa, ¡hora de levantarse! - me dicen esos ojos negros, que tanto roban mi aliento. - Vamos a dar un paseo.

- ¿Un paseo? ¿Pero a dónde? - pregunto adormilada y molesta, no me gusta que me despierten.

- Es una sorpresa- dice poniendo un dedo en mis labios- prometo que valdrá tu enojo- Me da un casto beso y sale de la habitación. Odio las sorpresas.

La última en estar lista soy yo, después de que él insistiera en elegir mi ropa, era un vestido de algodón blanco con flores bordeadas y unas sandalias marrones que se amarraban en el principio del tobillo.

Reconozco que su elección era hermosa, pero para nada el estilo habitual. ¿Qué está pasando?

Salimos hacia su auto y note, aun con sueño, que no había amanecido todavía, estoy confundida, no sé si asesinarlo o asustarme, no entiendo porque tanto misterio, lo miro con rabia y el solo me ignora, pero con un semblante divertido. Como todo un caballero me abre la puerta y me ayuda a entrar, seguido de eso él se sube y arranca.

Estuvimos en carretera unos 20 o 30 minutos, yo solo miraba por la ventana bostezando cada dos, vamos saliendo de la ciudad, suena una música lenta, no la reconozco, pero alimenta mis bostezos. Llegamos a un parque, en realidad, es más el comienzo de un muelle extenso, se estaciona y me mira anunciando que hemos llegado, es una vista maravillosa que pudiera apreciar mejor, si no fuera tan temprano, cerca queda una espléndida playa y justo se está colando un amanecer.

Él se baja primero para abrirme la puerta, luego yo y empiezo a caminar, el baja un pequeño bolso y se dirige a buscar un lugar apropiado para sentarnos, al encontrarlo saca una manta azul con blanco y coloca algunas cosas sobre ella, el me ama y es atento, pero no para esto, ¿Quién se murió?

- Rose, no es nada impresionante pero la intención es lo que cuenta- comenta el.

-Está bien, es hermoso y amo los picnics, pero ¿Por qué tan temprano Scott, sabes que no soy de levantarme temprano? - dije haciendo un mohín, mirando el paisaje

- Okey mi Claire de lune - se calma- tu solo espera, solo te diré que fue a esta hora porque no quise que fuera el típico cliché del atardecer

Me deja con la misma curiosidad, pero me obligo a ser paciente. Saca unos sándwiches y también unos vasos junto con una pequeña jarra de ¿limonada?, ¡mi favorito!

Tengo 20 años, estar con Scott es cómodo, por encontrarle un adjetivo correcto, es una persona buena y amable, es alto, buen cuerpo, no es como que haya visto mucho, pero sabía que se ejercitaba lo suficiente, su piel era besada suavemente por el sol y tenía rasgos muy definidos, nuestros padres tenían buena relación y me proporcionaba mucha seguridad y confianza. Lo que todo el mundo quiere ¿no? Todos sueñan con que nos casemos, pareja feliz, hijos, todos esos requisitos sociales a la moda de la antigua Inglaterra.

Estábamos divirtiéndonos con la comida como niños pequeños, el tratando de despertarme completamente, las personas que pasaban alrededor nos veían raro, pero poco nos importó, todo iba bien, cuando observo que su tono de voz y su semblante cambia, a uno más serio.

-Me imagino que te extrañó esta invitación- clava sus ojos en mí. ¿está nervioso?

-Si, ¿a qué viene todo esto? No tienes idea de cuantas preguntas me he hecho desde que me despertaste- lo volteo a ver

-Es que...- se levanta y me ayuda a hacer lo mismo, se seca las manos en él pantalón y respira profundo, luego apoya una rodilla en él suelo, que no sea lo que estoy pensando- Desde que te vi, te convertiste en alguien muy especial para mí, en ese momento por mi cabeza pasaron tantas cosas y una de ellas era estar contigo el resto de mi vida, desde el inicio, todo el mundo me decía que no me convenía estar contigo- ¿Quién le decía eso?- pero yo decía y digo que quiero intentarlo y por eso estoy aquí, arrodillado frente a la mujer más hermosa que han visto mis ojos para hacer una tan simple y a la vez tan importante pregunta... ¿te casarías conmigo?

Mis ojos se cristalizan, estoy atónita, definitivamente no me lo esperaba, mi Scott, lo único que se me ocurre es abalanzarme sobre él y tomar su cara entre mis manos para unir nuestros labios, siento este beso, el más especial y verdadero de toda mi vida. Luego de unos segundos nos separamos.

- ¿Considero eso como un sí? - hizo la pregunta más obvia en estos momentos

- ¿Qué tú crees? - frunzo el ceño, con una sonrisa radiante en mi rostro

- Que si...- se ríe, nervioso

Saca de su bolsillo una pequeña caja de terciopelo rojo con detalles cristalinos, la abre y saca un anillo dorado con pequeños diamantes, simplemente hermoso.

Lo coloca en el dedo del corazón y me abalanzo de nuevo a sus brazos, pero esta vez para juntarnos en un cálido abrazo.

No soy muy partidaria de las bodas, aquí en este lado de Londres, sigue esta tradición de o te casas o eres una vergüenza, no pensé que Scott fuera a pedirme esto, no tenemos edad suficiente, apenas llevamos dos años, me mude hace dos meses con él en su pequeño apartamento, pero de ahí a casarnos, espero no quiera hijos todavía... Por otro lado, esos ojos, tan reales y tiernos, ansiaban que le dijera que si, al hacerme esa pregunta, lo que vi fue vulnerabilidad y devoción, imposible decirle que no. Con nuestras familias juntas, una boda increíble y el amor que sentimos. Esto será interesante...

Corazon de hielo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora