PlayBoy [Yoonkook-Yoonmin]

No es demasiado tarde

                  

Jadeo al sentir el calor de su boca contra mi cuello, tomo mi posición como de costumbre, enredar mis piernas sobre su cadera mientras el traza círculos contra mi entrada sobre el pantalón. Dios, si fuera chica estaría empapadísima.

Gime leve en mi oído y susurra en el. - Estás fuera de tu control, ya es demasiado tarde, te has enamorado de mí, ¿verdad?- aumenta la velocidad de sus movimientos gimiendo cada vez más fuerte al unísono con los míos.

- Creeme, no lo es.- jadeo con la voz entrecortada.

- Bueno, entonces no hago bien mi trabajo. Me iré.- da un último lengüetazo en mi cuello y se detiene separándose lentamente de mí .

- No, por favor no huyas, no intentes dejarme.- lo tomo de los hombros apegándolo nuevamente a mí.

Ríe relamiéndose y mordiéndose el labio inferior.

- Esta bien, esta bien. Sé como te sientes, conozco tu corazón, pero esta bien.- ahí están, las mismas palabras que dijo la noche que me hizo completamente suyo, sólo que esta vez omitió "corazón puro" es obvio que ya no lo es.

Gimo al escuchar nuevamente esas palabras echando mi cabeza hacia atrás.

- Dime, ¿tienes algún secreto que contarme?- hunde su lengua en mi boca. Siento como sus manos me van despojando de mis prendas inferiores. No obstante, en un abrir y cerrar de ojos estoy completamente desnudo al igual que él. Tanta excitación hace que se me nuble la mirada.

Siento como mi cadera se pone rígida al momento de sentir su duro pene introducirse lentamente en mí. ¡Joder, dame más!

- ¡SÍ, SÍ, JUNGKOOK, SÍ. YO TAMBIÉN NECESITO MÁS!- grito desesperadamente de placer aferrándome a su cuerpo caliente y húmedo. Es oficial, me he convertido en su Playboy de por vida.

Sonríe agitado y comienza a moverse lentamente. El vaivén de caderas concuerda con el sonido de sus gemidos, y en mi caso, gritos.

- Eres mío, YoonGi. Sólo tú pones más interesante el juego.- aumenta un poco la velocidad besando mi cuello, pone ambas manos sobre la codera del sillón afirmándose fuerte.

Dios mío, ahora sí juro que ya no siento mi cadera, cada vez lo hace más rápido y fuerte, ya no puedo aguantar más pero tengo que seguir haciéndolo.

Me encanta el eco de nuestros gemidos por la casa, a excepción del rechinar del sofá. Tengo que comprar otro nuevo, ya que logre caminar bien. Siento como gotas de su sudor caen sobre mi pecho, su piel arde cada vez más contra la mía y tiembla más cuando lo toco, espero que eso sea buena señal.

Bajo mi boca hasta su cuello y me dedico a dejarle un chupetón sobre el; siento un sabor metálico en mi boca, me separo y veo pequeñas gotas de sangre salir de la marca que le he dejado. Mierda, ¿qué he hecho?

Va bajando un poco la velocidad de sus movimientos al ver mi cara de preocupación. Jadea tragando saliva mientras toca la marca con sus dedos.

- Tranquilo pequeño, se quitará en unas semanas.- ríe agitado y se dedica a hacerme uno del otro lado del cuello. -

Listo, bebé. Estamos a mano.-

Suspiro aliviado y agitado, lo tomo de las mejillas y lo beso. Siento como su lengua ataca la mía y se va corriendo lentamente en mi. Da un pequeño brinco al sentir mi semen recorrer su vientre, creo que no lo veía venir.

- Ah, estuviste increíble.- sonrié agitado quitando los mechones mojados de mi frente. - He decidido como llamarte.-

Lo miro enarcando una ceja sonriendo. - ¿a sí, cómo?

- Eres mi Playboy.- deja un beso casto sobre mis labios. Ha, lo sabía.

- Que predecible eres, Kook.-

- Oye, ya sea tu buena o mala suerte, que hayas conocido un tipo como yo.- relame mis labios dejando otro beso en ellos.

- Es buena, de hecho. Aunque no me esperaba esto.- Coff..coff.., mentira.

- Lo se, pero te pondré más caliente, más excitado.- su pene se va endureciendo y creciendo cada vez más en mí.

- Mmm...- no puedo evitar soltar un último gemido. - Eres malo, ¿sabes?-

- Sí, soy malo, me gusta hacer lo que me dices que no haga. Y eso que el juego principal ni siquiera ha comenzado.-

Abro mis ojos como platos tragando saliva nervioso. - ¿Co... cómo, éste no es el principal?-

- No, pequeño. Pero no creo que estés listo aún. Por ahora tira y empuja de mí aún más, pero tengo confianza y voy a ganar.- susurra en mis labios y tira levemente del labio inferior.

Tanta es la lujuria que cargo en este momento que ha hecho que me viniera sobre él nuevamente. - Ah, lo... lo siento.

Pero ¿por qué conmigo y no tu novio?- ahora sí se me ocurre pensar en el odioso de su pareja.

- Porque todos los días, trato con un nuevo tipo de soledad.-

- Pero tienes que hacer algo además de esto.-

- No puedo parar, que pena por ti.- sonríe acariciando mi mejilla con el dorso de sus dedos dejando otro beso casto en mis labios.

- Yo no dije que pararas.- le devuelvo la sonrisa pícara mordiéndome el labio.

Ríe leve y se adentra un poco más en mí. ¿qué no la había metido toda ya? - No quieres perderme, ¿verdad?-

Jadeo arqueando mi espalda hacia él afirmandome de sus hombros. - Nunca.-