Tienes esa intensidad en la mirada de quien traspasa el papel; de quien traspasa la piel.
Era curioso, con un pestañeo podías desestabilizar rodillas, personas, sonrisas. Eras capaz de con una mirada enmarcar la vida al papel, como si realmente no hubiese tanta diferencia (¿la habrá?).
Siempre llevabas las manos llenas de tinta, pero nadie se fijaba en ellas (tampoco en ti), nadie busca más allá, nadie se pregunta por qué el artista; simplemente, ¿por qué? Se limitan a mal interpretar las palabras y a leerte, tan sólo eso.
Por eso tú, poeta nocturno, entregabas tus noches, tu tinta, tu poesía, a esa libreta que a nadie dejas ver.
¿Qué es lo que realmente dices cuando sabes que nadie te escuchará?
Dime, ¿cómo sientes?, ¿cómo mueres?
Ese es tu misterio, poeta nocturno. Deberíamos conocerte tan bien, debería ser tan fácil como escucharte, sin embargo, eres un desconocido; un desconocido que nos interpreta a la perfección (como si sólo fuésemos un papel).
Pero, ¿qué hay de ti, poeta?
¿Te conoce alguien realmente?
¿Qué es lo que callas?
¿Qué es lo que deberías gritar?
¿Qué te enmudece?
¿Qué es lo que ha provocado tu silencio?
¿A qué le dedicas ahora tus insomnios?
¿Qué te está pasando, poeta?
¿Qué es lo que te detiene?
YOU ARE READING
Poeta nocturno.
Short StoryA ti, que el insomnio llenas de belleza, a quien nadie escribe, a quien todos subestiman. Mago de palabras, tú que haces de un pestañeo poesía. Gracias por la magia, poeta.