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—Entonces, ¿no irás a visitar a Zayn? —Harry preguntó bajito, como temiendo hacer la pregunta o mi posible reacción.

Le dí una última mirada a mi reflejo en el espejo y luego caminé hacia la cama, en donde Harry estaba acostado. Habían pasado un par de meses y mis visitas a Zayn disminuyeron, al igual que aumentaron mis salidas con Dominic. Harry no estaba de acuerdo, a diferencia de mis padres, quienes parecían haber superado un crisis y volvían a ser los "comprensivos" padres que una vez fueron.

—No, Hazz —negué con expresión seria. —Talvéz vaya mañana o el fin de semana, no lo sé.

—Estás abandonando a Zayn. —sentenció, sus ojos verdes lanzando dagas en mi dirección, su ceño fruncido haciendole competencia al mío.

—No estoy—

—¡Lo estás haciendo! —interrumpió —Desde que conociste a Dominic, Liam. Lo haces, lo abandonas.

—Harry, yo no—

—Olvidalo. —se levantó de la cama negando ligeramente con la cabeza y salió de mi habitación, regresando un segundo después para decir: —Tu principe llegó, mamá acaba de darle una muy cariñosa bienvenida.

Lo observé irse y suspiré cuando escuché la puerta de su habitación ser cerrada de golpe, decidí ignorarlo sin embargo, ya hablaría con él al volver. Salí de mi habitación hacia la primera planta en donde pude escuchar a mis padres reír junto a Dominic. No pude evitar rodar los ojos, mi relación con ellos seguía siendo la misma y aunque ellos pretendían que todo estaba bien, nada había cambiado para mí.

—Hey Dom, —saludé rápidamente —¿Nos vamos?.

El chico sonrió al verme y siendo educado se despidió de Geoff y Karen, mientras yo lo esperaba en las escaleras de la entrada.

—Hola —el elegante hombre saludó, dejando un besito en mi mejilla en cuanto salió de casa. —¿Listo?.

Miré sus brillantes ojos celestes y asentí sonriendo. Empezamos a caminar y Dom empezó a hablar sobre lo que tenía planeado. Yo simplemente sonreía, fingiendo que estaba completamente concentrado en lo que decía.

Sin poderlo evitar, mi menté reprodujo la conversación con Harry y de pronto me sentí mal. Era cierto que mis visitas a la prisión habían dejado de ser diarias, pero no estaba abandonando a Zayn. Yo seguía amándolo incluso más que el primera día. Dominic había llegado a mi vida para distraerme, para aligerar mi dolor y hacerme olvidar -por momentos- lo mucho que extrañaba a Zayn. Pero nada más. Dom me gustaba, de alguna forma. Pero no producía en mi lo que Zayn, no lograba hacerme callar con tan solo una mirada, ni erizaba mi piel con tan solo un roce y no me hacía tartamudear con su sola presencia. Dominic era un buen chico, pero no era mi Zayn.


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—¡Liam! —Harry entró a mi habitación agitado y con ojos verdes enormes en su rostro. —¡Evil está afuera! —gritó en un susurro.

—¿Qué? —pregunté confundido, ignorando el cómo lo había llamado mientras me levantaba de la cama y lo seguía hacia la ventana de mi habitación. El rizado movió la cortina ligeramente y ahí estaba; apoyado sobre su brillante motocicleta, vestido completamente de negro y en la acera frente a mi casa.

—¿Dónde están mamá y papá, Hazz?.

—Papá está en el despacho y mamá en la cocina. —Harry respondió mientras mordía la uña de su pulgar. Era bueno saber que mis padres no llamarían a la policía. Por lo menos no de momento.

El Malo  »ZiamWhere stories live. Discover now