— ¿Cómo hago el qué? —pregunta divertida.

—Eso, llegas aquí y eres como un ave a la reina, mírate justo en esta área cuando es prohibido.

—Nicolás Jobs, director de este hospital y... Mi papá —termina con total naturalidad.

— ¿Qué? —elevo un poco la voz, luego bajo el tono, que tonto olvidé donde estaba. —Eso no es ético para nada.

—Se le llama privilegios, y mejor no digas nada porque no creas que el trato especial es por tu bonita cara —se encoge de hombros. —Uno ayuda a como puede.

— ¿Pero qué...? Tu padre nunca está aquí.

—Sí lo hace, pero desde arriba, solo atiende el área de obstetricia.

—Ah, ¿Y tú no soñaste nunca con ser médico? —El legado familiar y eso.

—No, no tengo estómago para esto.

Su simpleza y naturalidad al hablar me tienen impactado, es como la cajita de oro, de la cual no sabes lo que va a salir.

—Buenos días. —Aparece Eleonor. ¿Por qué Zoe la mira fijo? —Vengo en busca de Sophie.

—Pase doctora —abro la puerta, pero no lo hace, gira hacia la chica.

— ¡Dios! Eleo —se dan un abrazo—, no sabía que ya habías regresado.

—Tú nunca sabes nada porque no vas a casa, supe lo que hiciste y quería hacer esto... —aprieta sus mejillas divertida. —Buena niña.

—No hagas eso, que duele babosa. — ¿Qué está pasando aquí? Mi mirada pasa de una a la otra. —Ah, veo que ya conoces a mi hermana mayor, vieja y fea pero es mi hermana.

—Discúlpeme señorita reina de belleza —responde en un tono burlón. —Voy a trabajar, llega a la casa esta noche, mamá se pondrá feliz.

—Ni por todo el vino de París. No lo creo, mejor me visitan ustedes —ya se volvió cosa familiar, yo sobro.

—Visita a tu padre arriba entonces —niega con la cabeza.

La puerta se cierra y sólo somos los dos. Momento incómodo, juego de miradas, ceños fruncidos, y cero palabras.

—No me veas así Ashton, yo sé mi rollo. —Su dedo índice señalándome es intimidante. — ¿Te comieron la lengua los ratones?

— ¿No? —hago un mohín infantil, vaya mujer, estoy impactado, demasiadas revelaciones para sólo haber sido escasos dos minutos. —Parece que es de familia salvar al mundo.

—Puede ser, porque la doctora de Sophie, es mi tía —mi cara ha de ser un poema, sonríe. —Estoy bromeando, pero sí, es amiga de papá.

—Vaya  —rozo su nariz con mi dedo —he conocido a la graciosita de la familia. —Mi voz se oye... ¿Feliz? ¿Se puede?

"Ella siempre te hace sonreír" Las palabras de mamá vienen a mi cabeza, puede que tenga razón, es más tal vez la aprecie, pero no de la manera en que ella se lo imagina.

—Tengo un encanto muy natural —sus mejillas son de color rosa, tan tierno como cuando lo hace Sophie. —Vino junto a mi certificado de nacimiento. Yo venía para visitar a Sophie —lleva su mano a la espalda —Y veme aquí conversando contigo.

— ¿Qué pasa? —el sentimiento de culpa me acompaña siempre y no sé porqué.

—Solo es como un pinchazo, nada grave, solo es por un instante y luego se va, deja la paranoia Scott —dice divertida.

—Eres un caso — ¿Qué hago? Pues la abrazo, aún sigo agradecido y será así hasta que... No sé cuanto tiempo, ¿Por siempre se puede?

Se aclaran la garganta y nos separamos, un hombre alto, más o menos de mi estatura, está frente a nosotros, sus ojos de... Nicolás Jobs está bordado en su bata, Uau.

Prometo Quererte SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora