Capítulo 35: " ¡Detente! "

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*Narra ____*

Moví mi cuerpo con delicadeza, mi mano estaba en el abdomen de Alonso, sólo nos cubría una sábana que llegaba hasta nuestra cintura. Me apegué más a él para sentir su tacto, e inevitablemente mis mejillas se sonrojaron al recordar lo ocurrido hace tan sólo momentos atrás.

Miré su rostro.

Como lo amaba.

Amaba todo de él, su forma de ser, su sencillez, su sentido del humor, cada parte de su cuerpo, cada lunar escondido en su piel, sus besos, sus abrazos, lo amaba de una manera que nadie podía imaginar.

Besé su frente con ternura, y deposité un pequeño beso en sus labios.

Él se movió un poco, sonriendo, pero aún seguía dormido.

Me puse de pie y caminé rápido hasta encontrarme con una de sus camisas, me la coloqué y me apresuré para llegar a la cocina, ya que ninguno de los dos había desayunado.

Calenté la comida que había preparado y la llevé en una charola hasta la cama.

Volví a observarlo, verlo era como tener frente a ti a la cosa más valiosa del mundo.

Se removió por la cama, algunos gestos se formaron en su rostro y finalmente abrió sus párpados y me observó.

Sonrió.

- Ven, te quiero aquí conmigo- exclamó jálandome junto a él.

Reí.

- Alonso, traje el desayuno, recuerda que no hemos comido nada.

Hizo un puchero pero terminó sentándose en el colchón, dispuesto a degustar el desayuno.

Acerqué la comida y le sonreí para que comenzara a comer.

- Hey...- murmuró llamando mi atención, lo miré esperando que continuara pero negó al mismo tiempo que se sonrojaba.

La ternura me invadió.

Y así comenzamos a disfrutar de la comida, juntos.

[....]

- Cuando termine este bocado iremos afuera, es un buen lugar para disfrutar de la vista- habló llevando a su boca la última parte de su comida.

- La mejor vista...- suspiré- la mejor vista la tengo justo ahora- lo miré sonriente.

Su rostro se apenó y se tornó rojizo, comenzó a reír y se cubrió con la sábana.
Rayos, había olvidado que estaba desnudo.

Llevé mis manos a mi boca e intenté contener la risa.

El calor viajó por todo mi rostro.

- Perdón, no quise decir... yo me refería a... Alonso, lo siento- aclaré.

Retiró la sábana de su rostro y rió fuerte.

- No te preocupes, jamás entendí lo contrario- rodé los ojos y sonreí.

[....]

- ¡Arre, arre!- grité aferrándome a la espalda de Alonso.

Él me paseó por todo el césped, dando vueltas recorriendo el enorme terreno de su familia.

Después de un largo rato depósito mi cuerpo sobre el suelo y se recostó a mi lado.

- Deberías dejar de comer tanto, pesas muchooo- se quejó.

Fruncí el ceño fingiendo ofensa y me crucé de brazos.

- ¿Me estás diciendo gorda Villalpando?

Apretó sus labios y una leve sonrisa se formó en su rostro.

- Tú misma lo dijiste- exclamó.

Lo fulminé.

Me abrazó y comenzó a reír.

- Eres hermosa por dentro y por fuera, adoro tu panshita- acarició suavemente mi estómago.

Deposité un corto beso en sus labios.

Me acomodé para quedar derecha sobre el césped y miré con atención el cielo.

Se estaba nublando.

Giré abrazando al ojiazul y colocando mis manos en su abdomen.

Sonreí con malicia y comencé a hacerle cosquillas.

Su risa no tardó en invadir el lugar.

Era uno de sus puntos débiles.

Las gotas comenzaron a caer del cielo, se aproximaba una tormenta.

Se puso de pie y tomó mi mano, imité su acción.

- Te quiero, más de lo que podrías imaginar- mencionó tomando entre sus manos mi rostro.

Las gotas caían poco a poco en mis mejillas y viajaban por nuestros rostros.

- Pero yo te quiero más, ojos azules- le sonreí.

Él unió nuestros labios en un tierno beso.

Me separé de él y miré con picardía el lugar.

Quería correr, correr muy rápido.

Así que eso hice, comencé a correr velozmente para alejarme de Alonso, quería "esconderme" y así divertirnos un rato.

Escuché los gritos del ojiazul a lo lejos, pero ignoré aquello.

La lluvia se intensificó, cada vez el pasto era más resbaladizo.

Escuché unos pasos cerca, no me detuve.

- ¡_____, detente! ¡Debemos ir a la cabaña!

A penas logré escuchar.

Mi respiración era acelerada.

No quería parar, correr me hacía sentir libertad y la lluvia era refrescante, la adrenalina recorría mi cuerpo.

Aceleré mis pasos, pero recordé que el ojiazul aún estaba lejos.

Me detuve y miré atrás, la silueta de Alonso se veía a lo lejos.

Las gotas continuaban cayendo.

Recorrían mi rostro.

Y me empaparon por completo.

Suspiré y comencé a caminar de regreso.

- ¡NO __________!

Unas manos tomaron mis brazos con fuerza, intenté luchar, pero era inútil, no era tan fuerte.

- Por favor, suéltenme- supliqué.

Y derrepente todo se volvió negro.

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No me maten, por favor.

Este capítulo posiblemente ha sido el que más he pensado para subir, pero finalmente aquí está, decidí publicarlo.

No me odien :(

Yo las amo ❤

Recuérdame  [AV]Where stories live. Discover now