Recuérdame [AV]

Capítulo 26: "¿Quién es ella?"

*Narra ____*

Abrí mis ojos adormilada.

Intenté moverme pero noté que Alonso me tenía abrazada, mientras dormía.

Lucía tan lindo.

En su rostro había rastro de las lágrimas que había derramado anteriormente.

La noche anterior accedí a quedarme hasta que durmiera.

Alonso me platicó muchas cosas.

Me contó varias anécdotas que vivió junto a su hermano.

Lo describió de una manera impresionante.

Mientras yo acariciaba su pelo con la mayor delicadeza del mundo.

Lloró.

Fue inevitable.

Y tenía derecho a hacerlo cada vez que fuera necesario.

Necesitaba sacar todo el dolor que llevaba dentro.

Después me abrazó y se dispuso a dormir.

No fui consciente de que pasó conmigo después.

Esperen.

¿Cuánto tiempo he estado aquí?

Con cuidado comencé a retirarme de la cama, intentando que el ojiazul no se percatara de mi acción.

Y justo cuando ya estaba a nada de liberarme, movió su brazo y me jaló de nuevo junto a él.

- Alonso... ya tengo que irme- murmuré esperando que me soltara.

Comenzaron a aparecer gestos en su rostro, moviendo su cabeza de un lado a otro.

Volvió a dormir.

Rodé los ojos.

- Alonso...- llamé.

- Cinco minutos más...- murmuró un tanto adormilado.

- Sólo suéltame, debo irme- susurré.

En ese momento tocaron la puerta.

- Alonso, ¿Estás ahí? Traigo tu desayuno cariño- la voz de su madre se escuchó del otro lado.

Me alarmé.

¿Desayunar?

¿Qué hora es?

Moví a Alonso de un lado a otro.

Se quejó.

- Auch, aún quiero dormir- exclamó en forma de quejido.

- Pero yo me tengo que ir, se supone que sólo estaría aquí hasta que durmieras. ¡Pero me quedé a dormir! ¿Sabes lo malo que es?- cuestioné alarmada.

Por fin abrió sus ojos, dejándome apreciar sus hermosas pupilas.

Diablos, concéntrate.

- No tiene nada de malo- su mirada penetró lo más profundo de mi alma.

- Claro que sí, tienes una novia de casi dos años de relación. Ella debería estar aquí, no yo- reclamé.

Su mandíbula se tensó.

- ¿Quién te dijo eso?- cuestionó.

Suspiré.

- ¿Eso importa? Me basta con saber que es verdad.

- Lo es...- mencionó frío nuevamente.

Me removí en la cama intentando liberarme de su agarre.