El Último Viaje

Capítulo 17: Amor y deseo.

La brisa de la mañana despertó a Kate, quien se encontraba cubierta con la chaqueta de Frank, este yacía frente al lago contemplándolo.

En el departamento de Kate estaba Julia aun dormida pero no estaba sola, sino con Marcus, ambos habían pasado la noche juntos, cuando reaccionó de lo que había hecho, Julia sintió remordimiento por haber traicionado a Roberto, pero no había podido evitarlo, Marcus la había envuelto en sus besos y caricias, que solo se dejó llevar.

—Que fue lo que hice, Julia eres una tonta—se reprimió.

En el pueblo, Kate y Frank se prepararon para regresar caminando a la casa de Sara, ella estaba preocupada por Cony, seguramente estaba inquieta porque ninguno de los dos regresó, Frank no se veía de la misma forma, esto molestó a Kate, pues como podía estar tan tranquilo cuando estaban lejos, sin auto, sin comida, y sin nadie que pasara para llevarlos, solo les quedaba caminar mucho.

— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo? Hace dos días estabas deshecho, ¿es que ya no te importa Sara?—expresó molesta.

Al ver que ella se veía tan preocupada y molesta a la vez decidió confesarle algo que quizá haría que lo odiara por mucho tiempo, y posiblemente le darían ganas de golpearlo, pero se arriesgó.

—Kate cálmate, no es para tanto—señaló tranquilo.

— ¿Cómo puedes decir eso?—Kate estaba sorprendida al escucharlo hablar de esa forma.

—Tengo que decirte algo, aunque sé que me vas a detestar por el resto de tu vida, pero tenía que hacerlo—explicó Frank.

— ¿De qué hablas?—Kate estaba confundida.

—Mi madre no está enferma, te—hizo una pausa—.mentí para traerte aquí sin que te negaras, sabía que vendrías por ella, le pedí ayuda a mi padre, así que... él me ayudó a convencerte de que mi madre estaba mal.

— ¡¿Qué?!—Kate no podía creerlo— ¡Te volviste loco! ¡Cómo pudiste!, entonces no se robaron la camioneta, ¡¿todo esto es tu plan?!

—Le pedí a Joy que se llevara la camioneta—le confirmó él.

Por otro lado, Lucian estaba enfrentando un juicio por la muerte de Adriana Miranda, la recordaba como una joven tierna y simpática, los ojos café oscuro, el pelo lacio y castaño, sentía que el pasado había regresado a él, se transportó a aquel tiempo cuando la conoció, su padre la llevaba del brazo en un evento, Lucian al verla no pudo sacársela de la cabeza, pero ella estaba comprometida, y enamorada, ella no le correspondería, pero eso no lo detuvo para tratar de conquistarla, al rechazarlo en varias ocasiones, hizo que él se obsesionara con ella.

—Adriana, Adriana, si tan solo me hubieras dado el sí, nada de esto estaría pasando, estarías felizmente casada conmigo—se dijo a sí mismo.

Katherine seguía peleando con Frank pues después de su horrible confesión ella solo quería golpearlo.

— ¿Joy lo sabe? Tú padre lo sabe, ¡¿Cómo pudieron?!—señalo furiosa.

—Kate sé que estas molesta, pero tenía que hacerlo—le repitió Frank.

— ¡Estoy más que molesta, estoy furiosa!—le reclamó ella— ¡Eres increíble Frank Rogers! ¡Usar a tu madre para traerme engañada! ¡¿No pensaste en nuestra hija?! Lo mal que la pasó, no tienes sentimientos—.

—De echo... mi madre estuvo de acuerdo en todo—le volvió a confesar él.

— ¡¿Qué?! Sara también, ¡¿ella se prestó?! ¡Están locos, nadie pensó en Cony!—Kate no soportaba la idea de que su hija fuera una pobre víctima del plan desenfrenado de Frank.

—Eh... Cony lo sabe, se lo conté antes de ir a buscarte, puedes estar tranquila, sabía que ayer no regresaríamos a la casa—le contó él.

Eso dejó a Kate con la boca abierta, su propia hija prestarse a semejante engaño, no dudó más en darle una bofetada a Frank que merecido lo tenía, pero este la detuvo y le robó un beso, Kate trataba de alejarse de él, pero no pudo, ambos se besaron con ternura.

Julia sabía que había cometido el peor error de su vida, fallarle a Roberto, y más aún, fallarse a ella misma, a sus principios, a todo lo que creía, lo que le habían enseñado de la fidelidad, del matrimonio, como iba a regresar, no podía mirarlo nuevamente a los ojos. Marcus al verla triste la abrazó, y le dio un beso en los labios que ella no rechazó.

—No tiene por qué saberlo, somos adultos sabemos lo que hacemos, no debes sentirte mal por lo que pasó—Marcus le dio otro beso y se fue.

En el pueblo, Madison se enteró por Joy que Frank había regresado con sus papás, y posiblemente se quedaría una buena temporada, esto le cambió el día, era como si una nueva esperanza de que se quedara con ella resurgiera, estaba tan contenta que no dudó en salir a casa de Sara y William donde seguramente se encontraba.

—Frank, haz vuelto, esta vez no te dejaré ir—Madison estaba emocionada por verlo.

Mientras Frank y Kate estaban en el lago, dejaron de pelear y se quedaron abrazados, Kate estaba más tranquila, se sentía segura a lado de él, no quería separarse, y Frank no estaba dispuesto a perderla de nuevo, la abrazó con fuerza y ternura, mientras le acariciaba el pelo que era lacio y sedoso.

—Perdóname, perdóname por todo, por ser un completo imbécil, por fallarte muchas veces, por haber sido un...—Frank no terminó de hablar.

—Cállate, no digas nada—le pidió ella abrazándolo con más fuerza.

Los dos se quedaron así, frente al lago, abrazados como si se tratara de una pareja de novios, el tiempo parecía haberse detenido, nada que fuera pasado importaba.

Madison llegó a buscar a Frank a casa de Sara, bajó tan rápido como pudo de su camioneta vieja, Sara salió a recibirla, Madison no dudó en preguntar por Frank, Sara le respondió que no se encontraba, y seguramente no volvería ese día sino hasta el siguiente, esto la extrañó, quiso esperarlo pero William salió con la pequeña Cony, ella se sorprendió al verla pues pensó que Frank había decidido regresar solo, pero tampoco le molestó la idea de tenerla cerca, pues quizá debía acostumbrarse a su presencia.

Por la noche en el departamento de Marcus, él se encontraba con una nueva mujer, él bebía una copa de vino, y recordó la noche con Julia, finalmente había logrado su cometido, se sentía orgulloso, mientras Julia se creía la peor de las traidoras.

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