CAPÍTULO 18

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      - ¿Qué tal te encuentras?

      Jane había abierto los ojos por fin.

      Cuando llegamos de nuestra "fantástica aventura en el bosque" avisé a mi padre y por consiguiente a Karen de lo que había pasado y rápidamente atendieron a Jane. Karen llamó a una conocida suya que era medí maga y rápidamente empezaron a curarla. Después de contarles lo ocurrido mi padre me ordenó que me fuera a la cama y que tratara de descansar, que Jane se recuperaría. Supuse que ellos se podrían a buscar a Potter, ya que les dije que había vuelto en su coche pero que no sabía nada de él.

      Intenté dormir, pero las pesadillas de ese enorme lobo salvaje me mortificaban y aunque no quisiera admitirlo, estaba preocupada por el estúpido miope. ¿Qué necesidad había en irse de juerga al bosque?

      A las seis me levanté incapaz de permanecer en la cama ni un segundo más, me había dado una ducha que me relajó considerablemente y me había ido a la habitación de Jane, donde dormía después de las curas que le habían hecho.

      - Bueno... he tenido tiempos mejores.- contestó con una sonrisa, pero más bien se pareció a una mueca.- Me duele todo.
      - Tranquila, te recuperaras pronto, eres una chica fuerte.- la intenté animar, pero lo cierto es que yo estaba punto de echarme a llorar.
     - Lily, lo siento.- murmuró después de un rato.- No teníamos que haber ido al bosque por un estúpido...
     - Pálpito, así es como lo llamaste.- acabé la frase por ella.- Lo sé, Jane pero lo hicimos...afortunadamente no te ha pasado nada.
     - Es que creí que había alguien en peligro...- se excusó ella.
     - Bueno la próxima vez no quieras dártela de heroína ¿vale? Así nos ahorraremos el susto.
Ella se sonrojó.
     - Soy estúpida.- se reprochó.
     - No es verdad, simplemente eres impulsiva.
     - ¿Q-qué me hizo Lily?- me preguntó refiriéndose a sus heridas.

     Vi cómo bajaba su mirada, muy preocupada, incapaz de mirar por ella misma el nivel de sus heridas.

     - Ha tenido suerte, señorita.- dije con voz de doctor.- El animal no le amputó ningún miembro de su cuerpo y podrá comprobar que tiene todos los dedos en su sitio. Sin embargo ha sufrido una horrible perdida, el lobo le mordió una teta, por lo visto el motivo de su salvajismo fue una infancia dura y sin lactancia, estaba falto de leche materna.- Jane se aguantó la risa.- Pero su seno izquierdo quedó lamentablemente destrozado así que hemos tenido que implantarle uno, pero la única que se ofreció para la operación fue una tal Pamela Anderson quien estaba harta de tener semejantes melones. Como resultado tiene usted en enorme pecho izquierdo y un normal pecho derecho. Nuestro diagnóstico: Teticoja.

      Las dos nos echamos a reír –después de comprobar que tenía las dos tetas en su sitio y de un tamaño normal- y pude ver como Jane mejoraba un poco su estado de ánimo.

      - Creo que podré sacarle ventaja a mi enorme bulto.- comentó de broma.
     - Ya me contarás tus secretos ¿eh?- le cogí la mano.- Ahora en serio... nuestro querido amigo peludo te ha hecho un bonito arañazo en la espalda. A parte de la brecha.

      Ella se tocó la venda que tenía en la cabeza, pero no se incorporó para comprobar que lo que le había dicho de la espalda era cierto. Ella lo notaba y sentía un ligero escozor en la zona.

     - De un omoplato al otro.- recalqué.- Alguien debería cortarle las uñas.

     - Bueno, supongo que es el precio que debía pagar por mi locura.

     Yo puse los ojos en blanco y le di un apretón amistoso en la mano.

     - Gracias por salvarme Lily.
     - No me lo agradezcas pequeña.

Nunca digas nunca (Lily & James)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora