El Zodiaco.

Capítulo 18

Escorpio.

La música ensordecía mis oídos, al igual que las risas ocupaban mi campo de visión. Estaba un poco mareado, pero nada de otro mundo, seguía pensando bien. Tauro sonreía al tiempo que saltábamos junto con Cáncer. Desde el pequeño ''incidente'' que ocurrió un tiempo atrás, habíamos logrado subirle el ánimo y ahora bailaba y reía junto con el resto. La estábamos pasando bien. La estaba pasando bien.

No recuerdo cuando fue que me gusto tanto alguien. Tal vez esta era la primera vez pero se sentía condenádamente bien, tal y como se sentía horriblemente mal. Tauro me hacía sentir eufórico, feliz y a la vez ansioso, enojado, me hacía perder los estribos. Eran tantas cosas, tantas emociones en tan poco tiempo, y se contradecían tanto, que asustaban. Y también me asustaba arruinarlo todo, como sabía que siempre lo haría. Pero me gustaba, y si me daba miedo aceptarlo en mi cabeza, no tenía ni la más mínima idea de como se lo diría cara a cara. Pero quería hacerlo.

—Voy a buscar agua. —dijo entonces ella, sonriente. Yo asentí en señal de que la había escuchado y ella se alejó, y la seguí con la mirada hasta que su cabello negro desapareció de mi campo de visión. Entonces sentí un empujón y me giré justo a tiempo para ayudar a que Sagitario no se cayera.

—¿Estas bien? —era visible que estaba ebrio, Sagitario siempre bebía bastante.

—Si, estoy bien. —y con eso se soltó de un tirón y se alejó rápidamente. Suspiré cansado y lo seguí. Sagitario salió del lugar y caminó en dirección a la puerta de salida. Al salir de la casa, dio un par de pasos, como si estuviera buscando algo.

—¿Sagitario?

—Que estoy bien. —dijo un tanto molesto. Si, estaba ebrio.— ¿Sabes donde esta Virgo? Aún no vuelve.

—Si quieres, puedo ir a buscarla, pero tu quédate adentro. —intenté tranquilizarlo.

—No, quiero ir a buscarla yo. —dijo enfadado, alejándome de un empujón. Respira, Escorpio, respira.— Tengo que decirle...

—¿Decirle qué?

—Decirle que-

—¿Sagitario? ¿Escorpio? —escuchamos una voz que venía a nuestra dirección. En medio de la oscuridad, reconocí la silueta de Virgo, y suspiré aliviado, ya que no me tendría que encargar de Sagitario sólo.— ¿Están bien?

—Sagitario no. —dije. Virgo se acercó y dejó que su amigo se cargara en uno de sus hombros.

—Estas ebrio. —dijo algo molesta. Luego suspiró.— Como sea, yo me encargo Escorpio, gracias.

—No hay de qué. —Y con eso, entre a la casa en busca de Tauro.

Al llegar al salón, pude ver a Aries y Leo, hablando muy cerca del uno del otro, a Géminis, Acuario, Piscis y Cáncer bailando sobre una mesa mientras reían. Cáncer resbaló y casi cae, y estuve a unto de correr en su ayuda si no fuera porque Piscis logró sostenerla. Ambos rieron y siguieron bailando. Recorrí con mi vista toda la sala, pero no habían rastros de Tauro. Caminé en dirección a las habitaciones, y en el pasillo, me encontré con dos figuras hablando. Extrañado, me acerqué para ver quienes eran.

—Te crees la gran cosa. —dijo Libra tambaleándose mientras ponía un dedo sobre el pecho de Capricornio. Este rió. No me esperaba de mi amigo estar borracho, de Libra si.

—Soy la gran cosa. —dijo este mientras apartaba la mano de Libra.— Sólo que estas ciega y no pudiste ver el gran partido que soy. —Y puso una pose de diva. Pase una mano por mi cara. Idiota.

—¿Disculpa? —preguntó Libra ofendida.— Fuiste tú quien me dejó ir y arruinó todo.

—Romper fue la mejor decisión que he tomado en mi vida.