Capítulo 8: Galletas con relleno de dulce hipocresía.

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— Claro, la poca cosa siempre es lo más fácil, ¿O no? Además...

Jamie me interrumpió con un deje de sorpresa: —El chisme se está poniendo bueno.

— Respeta, Maddie—me reprendió papá levantándose de la cena ya dada concluida desde que Scott se fue y luego besó a mamá dulcemente sacándola por un momento de la conversación, yo aproveché la distracción para irme a mi habitación y Jamie solo hizo gesto de asco cuando miró a nuestros padres besándose... Y en ese momento anhele tener una mejor relación con mi hermano menor.

Como había pasado tan ocupada el sábado y me dormí casi todo el domingo las tareas que tenía para el lunes no las había hecho, y cuando estaba resolviendo un problema de física mi hermano entró a mi habitación, se sentó en mi cama y me quedó viendo en silencio hasta que dijo. —No debiste decirles que estaba enamorado de Ellie.

— Vos no debiste provocarme—me justifiqué sin despejar la vista de mi cuaderno.

— Sos una delicada.

— Ay, me decís delicada a mí y no te miras vos—contraataqué enojada y terminado de escribir la respuesta a mi problema y en ese mismo instante deseé una solución para todos mis conflictos.

— No quiero pelear... Maddie...—se interrumpió porque mi teléfono sonó. Era ni más ni menos que mi "ex", llamando por décima vez luego de enviarme miles de mensajes en todo el día.

— ¿Sí? —contesté apagando mi celular y tomando otro cuaderno de historia.

— ¿Dónde te metiste el viernes? —cuando me preguntó eso yo callé por un momento, alcé la vista de mi tarea y le vi directo a sus ojos idénticos a los míos.

— Creí que ya te habías dado cuenta—murmuré.

— Solo vi el video de vos interactuando con Chad en el estacionamiento pero luego de allí...

— No es de tu incumbencia—repliqué apretando los labios.

— Ni que hubieras ido a tener un polvo para decir que no puedo saber—replicó bromeando. Yo odiaba que me diera bromas así insinuando otra cosa y más con el chico que siempre me ha ignorado y a causa de eso me ha hecho sufrir.

—Que vos seas un puto no significa que yo vaya a ser igual, y yo no quiero idiotas en mi habitación así que vete a la mier...—empecé lanzándole un cojín el cual le pegó en la cara y él sólo rio negando con la cabeza.

—Controla ese lenguaje, Mads—dijo interrumpiéndome, le saqué el dedo medio y me dejó sola.

Cuando terminé todas mis tareas eran las diez de la noche y no tenía absoluto rastro de sueño, por lo que encendí mi teléfono y me puse a revisar mis redes sociales las cuales explotaron llenas de notificaciones.

Miles de comentarios, etiquetas a vídeos y fotos, miles de mensajes, tweets que me mencionaron y mucho más, me dediqué a ver uno por uno pero no respondí ninguno, por más increíble que sonara mis ánimos estaban por los suelos a causa de lo que hizo Danny, a pesar de no amarlo le había tomado un poco de cariño y ambos éramos cómplices en la falsa de nuestro noviazgo... Y que haya besado a esa chica en mis narices me dolió mucho, a pesar de que lo que teníamos antes fue fingido, para mí era importante la fidelidad y el respeto.

Además del simple hecho de ser una traición en público complicaba las cosas. Lo mejor que pude hacer fue el deshacerme de él, aunque antes ya lo tenía pensado y este fue el impulso que necesitaba para que mis planes empezarán, y eso me alegraba enormemente.

Porque a veces de las desgracias salen las mejores oportunidades, o en este caso, sirven como aliento para saltar más alto y lograr lo que más quieres.

El chico de los audífonos. [Borrador].Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt