Capítulo 25

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Apoyado en el borde de la mesa de su pequeña oficina instalada en su casa, Charlie no dejaba de darle vueltas a la cabeza buscando la solución adecuada para no dejar desamparada a su mujer e hijo.
Al final optó por llamar a su hermano y explicarle lo sucedido.
Al otro lado de la línea Alexander escuchaba las palabras de su hermano estremecido. La desilusión no tardó en envolver su triste corazón. Yanira se había casado con su hermano y estaba esperando un hijo de él.

--Tranquilo Charlie te prometo que cuidaré de Yanira y
de tu futuro hijo. Aún así pienso que debes redactar tu testamento, no puedes permitir que papá les haga la vida imposible y dejar en la calle a Yanira ella no se lo merece.

--Alex, el miedo que siento es por si algo malo pudieran hacerle a Yanira cuando yo no esté. Ni papá ni mamá la aceptan y sólo ven todo malo en ella.

--Si, lo sé, algo me ha contado papá, parece ser que no la ven con buenos ojos. Pero tranquilo Charlie yo cuidaré de ellos y tú haz las cosas bien para que nadie le pueda quitar lo que le pertenece por ley.

--Gracias por todo Alex.

--Te deseo la mayor felicidad Charlie y me alegro que lo seas junto a Yanira.--Las palabras empiezan agolparse en su garganta impidiendo que hablase con claridad. Quería a su hermano y por él se sacrificó alejándose de Yanira, la única mujer por la cual hubiera luchado y por la que está dispuesto hacerlo cuando su hermano no estuviera, por desgracia. Sus ojos azules empezaron a rajarse en agua de pensar en ello, y en lo injusta que era la vida. Él disponía de buena salud, su carrera como actor le iba de maravilla y mujeres no le faltaban. Pero la única que ama de verdad está fuera de su alcance. Apoyó su frente en el frío cristal de la ventana cerrando sus ojos para volver a recordar aquella tarde que estuvo junto a Yanira y aunque fuera por un momento pudo disfrutar de su compañía. Aquella tarde que nunca podrá olvidar.

Hablar con su hermano le vino bien a Charlie. De hecho, pensó las cosas con más calma y se dispuso a enfrentarse a su padre para que recapacitase y viera con otros ojos a Yanira.

Nada más tomarse su desayuno y despedirse de Yanira, Charlie se montó en su auto y fue directo a la oficina de su padre para restregarle el documento que firmó Yanira y hacerle entender que se equivoca.

Al llegar al despacho de abogados, tocó la puerta del despacho de su padre. Al igual que él, Rafael era también un exitoso fiscal.

--Buenos días hijo. Que gusto me da de verte tan temprano por aquí.

--Tome, aquí le traigo el documento firmado por mí mujer. Ahora verá que se ha equivocado. --Le hizo entrega del documento hablándole con desprecio a su padre.

Rafael agarró el documento que le entregaba su hijo, sin apenas mirarlo empezó a reírse. Aquel gesto hizo que Charlie empezase a enfurecerse.

--Lo siento hijo, pero creí que eras más inteligente. Acaso no te das cuenta Charlie que esa mujer te está utilizando y que está jugando contigo. Explícame qué clase de mujer se va casar con un hombre enfermo sin obtener nada a cambio y para colmo anda seduciendo a tú hermano.

--¡BASTA YA! Padre deje de sacar sus conclusiones y juzgar a mi mujer sin haberle dado la oportunidad de conocerla.

--Que te duele más, que te tome por ignorante o que te digan la verdad hijo.

--Sabe lo que le digo, que me da igual lo que piense, nos amamos y soy feliz junto a ella. Lo que piensen de nuestro matrimonio me trae sin cuidado.

--Charlie espera,por favor hijo recapacita.--Charlie se giró sobre sus talones y se marchó enfurecido. Pelearse con su padre era como darse cabezazos contra la pared. Por lo cual no tenía sentido discutir con él sobre lo mismo.

ÁMAME O DÉJAMEWhere stories live. Discover now