Capítulo 35

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Cuando Yanira había terminado de hablar y le hizo entrega del anillo, Alexander no podía soportar que ella, la mujer que más amaba le dejase así como así. De dos zancadas le dio alcance agarrándole de su codo para obligarla a parar.

―No Yanira, no estarás hablando en serio. Tú no me puedes dejar así.

―Xander no puedo hacer otra cosa, qué piensas que para mí es fácil tener que separarme de tí. No, no lo es. Pero nuestros mundos son muy diferentes.

―Nuestros mundos son como nosotros queramos hacerlos Yanira. El problema eres tú, eres tú que no quieres entrar a descubrir algo desconocido, no puedes decir esto no me gusta si no lo has probado. Entiendo que estés molesta porque adentro hay mujeres que desearían pasar la noche conmigo, pero yo no quiero estar con ellas, deseo estar contigo, quiero hacerte mía, compartir momentos mágicos juntos. Y tú, con tu inseguridad me lo estas poniendo muy difícil.

―Suéltame Xander, sí llevas razón, pero tú te has parado a pensar cómo me siento cuando veo a esas mujeres tan altas, con sus cuerpos tallados perfectos, tan delgadas y yo gordita, tan insignificante y poca cosa. No ves yo no tengo esa elegancia.

―¿Eso es lo que te preocupa? ¿Piensas que tú al lado de esas mujeres eres un monstruo? Pues déjame decirte Yanira que te equivocas. Esas mujeres que ves altas, delgadas, y que a pesar de tener cuarenta años aparentan veinte, es porque están obligadas a cuidarse por su trabajo, por que le exigen que o están delgadas o no le dan papeles para que continúen trabajando. Esas mujeres son tan normales y corrientes como tú, no tienen nada de especiales salvo que por su profesión son famosas. Pero ahora dime Yanira, acaso un deportista no debe cuidarse, una mujer deportista no debe cuidarse, un luchador de sumo le obligan a estar delgado. No verdad. Cada persona es como es, unos por sus trabajos y otros por que se sienten a gusto con su estructura. Pero las personas que no lo están, hacen algo por quitarse esos kilos Yanira, porque ellos mismos quieren verse bien. Y mientras tú te menosprecia de la manera que lo haces, consigues que todo lo que yo te diga quede en una mentira. Y todo por que cuando te miras a un espejo no te sientes feliz contigo misma. Estoy seguro que tú misma te sacas defectos, mientras a mí todo de tí me parece perfecto. 

―Yo...es que siempre he sido una chica rellenita y siempre he recibido insultos hasta el punto que he acabado creyéndomelo.

―¿Y quién te ha lastimado de esa manera? Aquellas personas que no te conocen, que se cruzan contigo mirándote y diciendo para sí mismo "has visto a la gorda" y así de esa forma esas personas quedan por encima de tí saliendo airosos y tú quedando con tu moral por el suelo. Pero si tú te ves bonita, eres feliz contigo misma, da igual lo que te digan porque nada de lo que te digan te lastimará, al revés darás una lección de autoestima. Yanira mírate, valorate y por favor no te menosprecies de esta manera porque no tienes por qué.

Yanira estaba tan emocionada por las palabras de Xander, que de lo avergonzada que se sentía agachó sus ojos hacia el suelo comenzando a sollozar. Él con su pulgar le alzó su barbilla obligándola a que lo mire. Se quedaron durante unos minutos contemplándose en silencio, el primero en dar el paso fue Alexander limpiándole sus gotas de su rostro y besándola.

No sólo probó la miel de sus labios si que la abrazó apretándola contra su cuerpo. Le dolía verla así, pero más le dolía que no se valorarse y viese lo bonita que es.

Sin soltarla comenzaron a caminar hasta su coche. Dentro del auto Yanira aún seguía en silencio, las palabras de Alexander le habían hecho de pensar, pero aún así ella no se veía como él la había descrito.

Los siguientes días Yanira apenas salía de la casa y cuando lo hacía era para ir de compras o tomar un café con sus hermanos o comer en familia.
Alexander no decía nada, pero podía intuir que desde aquella noche Yanira seguía pensando en lo ocurrido. Por lo cual se le ocurrió algo para ayudarla.

ÁMAME O DÉJAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora