Tras una pelea entre Murdoc y 2D, el vocalista sufrirá de un golpe en la cabeza ocasionandole una amnesia.
Murdoc Niccals nunca imaginó que le dolería tanto ser olvidado. Además él notó un cambio en la personalidad del peliazul...que no le agradaba...
Debía admitir que la noche anterior la pasó bien. Ahora tenía claro los sentimientos que poseía por Murdoc. Se levantó de la cama. Se dio una ducha rápida, se vistió. Cuando regresó el bajista seguía dormido.
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"Jamás me imaginé esto... Murdoc Niccals y Stuart Pot, juntos", miraba a la nada, estando feliz, aunque su rostro no lo demostrara.
En el piso yacía la hoja donde estaba escrita la canción del satanista.
2D la tomó y la leyó. Era una fantástica letra, seguro sería un éxito. Sin embargo, al igual que el romance que mantenía con Murdoc, quería que aquel pedazo de papel fuera un secreto, algo especial entre dos personas.
—Es tuya.
— ¿Eh?, creí que estabas dormido.
—Lo estaba—, bostezó.
— ¿Qué quisiste decir con que es mía?— seguía dándole la espalda.
—La letra, tonto. Yo lo escribí para ti. Era mentira que se le quería mostrar a Noodle y a Russel..., eso fue, hmm, una escusa para venir a tu habitación, resultó mejor de lo que imaginé— dijo con lujuria.
—Oh, g-gracias. La cuidaré bien— se la puso en el pecho, seguido de eso la dejó en su mesita. Volteó y con esa dulzura que lo caracteriza, abrazó a su pareja—. Te amo— musitó.
—Yo también te amo, Stu—, le correspondió el agarré. Después se miraron y como era inevitable no hacerlo, se besaron. Se dejaron caer, profundizando el beso.
— ¡¡Buenos días!!— saludó un alegre espíritu, que entró desde la pared—, ¿tan temprano y ya andan de calientes?
—Buenos días, Del— el peliazul se separó del mayor, se levantó de la cama.
— Amigo, Del, ¡¿no te han enseñado qué antes de entrar hay que tocar?!—, exclamó irritado.
—Huyyy, alguien amaneció de malas... Y recordar que ayer hasta me pidió un favor— lo chantajeó.
Había olvidado aquello. En ocasiones odiaba al fantasma. —Ok, ok. Perdóname, ¿sí? Tienes razón, creo que amanecí de malas— le cedió la razón.
—Del, por favor no amaneces a Murdoc—, le llamó la atención el vocalista.
—Sabes que sólo lo hago para molestar, D'— voló hasta donde estaba él.
—Ojalá Russel te exorcise pronto— susurró como broma el verdoso. Claro que no lo decía de verdad, porque perdería a un gran miembro de la banda, aunque no lo reconociera.
—Ya quiseras— lo logró oír—. Me voy, viejos. Russel no tarda en despertar. Y Noodle, nuestra pequeña, viene hacia acá, es por lo que vine— transpasó la pared, a forma de salida—. Adiós~~~
—Genial, viene la enana.
—M-mejor salté de mi habitación—, lo corrió. Estaba empujandolo.
—Espera, mi ropa —se regresó por ella.
—Ahora sí. ¡Vete!
—Espera se me olvida algo más.
— ¿Ahora qué? —Fue callado por un beso.
—Jejeje. Me lo debías. Me duele el trasero —Se fue.
